Eduardo Barreneche

En enero de este año, un individuo cometió un rapiña y manoseó a una mujer en Pocitos. Unos muchachos, que pasaban en auto, lo vieron. Se bajaron del vehículo, lo corrieron y lo golpearon. En un momento el individuo logró zafarse y se metió debajo de otro auto. A los gritos pedía que llamaran a la Policía. Un vecino se comunicó con el 911. Arribaron agentes de particular. El rapiñero no creyó que eran policías y solo salió debajo del auto cuando estos le mostraron sus credenciales. La Justicia Penal lo remitió por la rapiña a la mujer.

La Justicia por mano propia no debe confundirse con el derecho que tiene una persona de defenderse ante una agresión hacia ella, a un tercero o a uno de sus bienes. Si el damnificado detiene al agresor configura un caso de arresto civil. Ello está previsto dentro del derecho cuando la autoridad no está presente.

Hace 10 días, un grupo de vecinos atrapó a un ladrón en Paso Molino. En ámbitos policiales trascendió que lo ataron a un árbol y lo golpearon hasta que llegó un patrullero. Un vecino dijo que los golpes fracturaron dos brazos al delincuente. Nadie fue detenido por este caso porque apenas vieron acercarse al móvil policial los agresores se dispersaron.

El martes 21, dos asaltantes intentaron rapiñar una joyería ubicada en Avenida Agraciada y Ángel Salvo. El propietario y su hijo se enfrentaron a los delincuentes. El dueño de la joyería recibió un disparo en el cuello. En la huida, uno de los delincuentes resbaló y cayó al suelo. El arma se escapó de su mano. El hijo del propietario y otra persona lo golpearon. El rapiñero debió ser internado porque tenía la cara rota como «un rompecabezas», dijeron operadores judiciales

A principios de este mes, una persona esperaba el ómnibus en una parada en el Cerro. Un delincuente le pidió plata para el vino. Ante la negativa lo apuñaló por la espalda. En ese instante arribó a la parada un ómnibus de la línea 195. Los pasajeros vieron lo ocurrido. Descendieron y golpearon duramente al delincuente. Se salvó porque intervino un policía que pasaba por el lugar.

El miércoles 22, un individuo joven ingresó al Círculo de Tenis de Prado. Es posible que estuviera drogado, según afirmaron a El País fuentes del caso. El individuo tomó un bomberito de apagar incendios y lo dirigió al rostro de varias personas con la intención de robar algunas ropas. Fue detenido por sus víctimas. En el Juzgado declaró: «me golpearon lo suficiente».

La Policía no lleva un registro de los casos de justicia por mano propia. En los partes policiales ninguno se tipifica de esa forma. Los cinco casos, que salieron a luz este año, no terminaron en investigación judicial ni policial. La explicación brindada por operadores judiciales es que las palizas recibidas por los delincuentes no pusieron en riesgo sus vidas.

Miedo. El presidente del Colegio de Abogados, Bernardino Real dijo a El País que la justicia por mano propia es un problema que preocupa y que ocurre desde hace tiempo. «Los casos de justicia por mano propia se vienen intensificando por la sensación de impotencia de la gente ante la inseguridad. No hay estadísticas sobre ello; es mi percepción «, aclaró.

A su juicio, estos casos ocurren porque las personas «se sienten inseguras y reaccionan de manera inadecuada».

Real, quien también es abogado defensor de oficio, señaló que la Policía no clasifica los casos de justicia por mano propia. «Si los excesos son de tal magnitud, ahí sí hay una investigación judicial», señaló.

Además, la legislación uruguaya no admite el trato cruel e inhumano de policías a detenidos. Tampoco de particulares a delincuentes.

El integrante de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique expresó a El País que la justicia por mano propia ocurre porque en la ciudadanía «hay un hartazgo» con la delincuencia. «El ciudadano pasa a no respetar los derechos. Ello es justicia por mano propia y es un delito», advirtió.

Señaló que el fenómeno responde a que muchos uruguayos «se siente desprotegidos» y creen que la Justicia por mano propia mejora la sensación de seguridad, lo cual «es irreal».

El juez penal Nelson dos Santos, quien procesó a personas por casos de justicia por mano propia, dijo que en ocasiones las personas enervadas ante un delito cometido por un delincuente adopta la defensa del agredido o de sí misma.

Dijo que, en estos casos, no se puede pedir al o a las personas que realizaron un arresto ciudadano que actúen de guante blanco ante un rapiñero que esgrimió un arma. «Esas personas, durante el arresto civil, están haciendo algo que no es su función, no están acostumbrados ni formados para detener a un individuo», explicó.

Dos Santos coincidió con Pérez Manrique al indicar que, cuando un individuo incurre en un caso de legítima defensa o en un arresto ciudadano es porque la Justicia o el aparato de seguridad del Estado «no actuó» en su debido momento.

Otra cosa, agregó, es la Justicia por mano propia donde hay un abuso de violencia y el individuo no defiende ningún bien. «Se trata de un delito penado por la ley sino cualquiera podría erogarse el derecho de lesionar a otro. Caeríamos en una ley de la selva», advirtió.

Jerarcas policiales indicaron a El País que los casos de justicia por mano propia suceden con más frecuencia en barrios considerados como «zonas rojas» como Borro, 40 Semanas, Unidad Casavalle y Cerro Norte.

Agregaron que muchas víctimas de delitos se han armado y ahora enfrentan a asaltantes.

Lo mismo ocurre con los comerciantes de esos barrios periféricos. «Como los empleados dejan de ir por la inseguridad, los almaceneros se arman y atienden ellos mismos los comercios. Los delincuentes entran a robar y son baleados», dijo un jerarca policial a El País.

En abril del año pasado, el vicepresidente del INAU, Jorge Ferrando dijo a El País que existe «una sensación» de que la única forma de hacer justicia es actuando con mano propia, «desconociendo las instituciones y el marco legal».

En 2010, una encuesta sobre «Victimización y Justicia por mano propia» elaborada por la Facultad de Ciencias Sociales, constató que uno de cada cinco uruguayos acepta la justicia por mano propia como forma de combatir la violencia. Además concluyó que el 49% de los encuestados están de acuerdo con que la Policía realice procedimientos por fuera de la ley.

LOS EXPERTOS OPINAN

Ricardo Pérez Manrique

MIEMBRO DE LA SUPREMA CORTE

«La justicia por mano propia es una consecuencia de que en la gente hay un hartazgo con la delincuencia. El fenómeno responde a un estado de sentirse desprotegida y cree que la Justicia por mano propia mejora la sensación de seguridad, lo cual es irreal. Además es un delito».

Jorge Ferrando

VICEPRESIDENTE DE INAU

«Es una situación compleja. Ha habido víctimas adolescentes y adultos. Hay una reacción violenta de una parte de la sociedad que se expresa en distintos niveles. Los vemos en casos de violencia doméstica, en relación al deporte, y en la violencia urbana».

Bernardino Real

PRESIDENTE COLEGIO ABOGADOS

«Los casos de justicia por mano propia se vienen intensificando por la sensación de impotencia de la gente ante la situación de inseguridad. Esa es mi percepción. Las personas se sienten inseguras y por ello reaccionan de una manera inadecuada».

 

http://www.elpais.com.uy/informacion/detectan-aumento-de-casos-de.html