Las alternativas son dos y están cargadas de significado: Alejandro Panizzi podría convertirse hoy en el primer ministro del Superior Tribunal de Justicia en la historia del Chubut en ser destituido por un juicio político, tras un proceso escandaloso que rozó el conventillo institucional. Pero también podría ser el primer juez de la Corte provincial en conservar su sillón tras esas audiencias de alto voltaje, y regresar a su oficina para intentar convivir en tensión permanente con dos de sus tres pares de la Sala Civil: Fernando Royer y José Luis Pasutti, ya que Daniel Caneo se jubiló esta semana.

En ambos casos la historia no se quedará quieta. Si hoy desde las 10 la Sala de Juzgar consigue los 9 votos de 13 necesarios para desplazarlo, el acusado acudirá en recurso extraordinario ante al Superior. Para analizar su queja, el tribunal debería integrarse con conjueces, ya que todos sus miembros participaron del juicio en Legislatura. Su defensor, Alfredo Pérez Galimberti, está seguro de que una destitución sería anulada por cualquier tribunal razonable. Los casos de Eduardo Samamé y de José Colabelli lo avalan: ambos juicios fueron declarados nulos. Según su versión, que Daniel Rebagliati Russell haya sido a la vez presidente de la Sala y testigo es el dato que pulveriza cualquier resultado negativo.

Desde el inicio del juicio político fue un secreto a voces el conteo de los posibles votos. En ese escenario se incluyeron conveniencias políticas, lealtades y espíritu de cuerpo. También llamados de último momento y discusiones fortísimas. Las apuestas crecían al cierre de esta edición.

Es seguro que desde el PJ Modelo Chubut, Raquel Di Perna, Jerónimo García y Ana María Barroso votarán en contra de la destitución. En cambio, el bloque del Frente para la Victoria se inclinará por desplazar al polémico Panizzi. Hay dos incógnitas: se llaman Oscar Petersen, que dejó el oficialismo para quedarse con su Polo Social, y Anselmo Montes, el referente del Partido Socialista dentro del FPV. El primero se cansó del ninguneo y se fue del bloque; el segundo se quedó pero ya en otras ocasiones no tuvo empacho en ventilar sus diferencias con Fontana 50. De ambos puede depender la definición, aunque en situaciones límites nunca hay que descartar a otros díscolos.

“Me dijo puto cagón”; “me amenazó con cagarme bien a trompadas”, “tiró papelitos”, “¿qué te pasa papito?, ¿estás nervioso?”; “tu trabajo es una mierda”. Son algunas de las frases que nadie olvidará de este proceso. Reflejaron en carne viva las duras internas del Poder Judicial, y por privadas que sean, impropias de hombres que deciden sobre la libertad y el patrimonio de los chubutenses. Lo mismo que sucede con el manejo de las licencias y la compra de vehículos de alta gama para los ministros. No todas las cuitas son de ahora. Se remontan a 2006, sugestivamente cuando se creó la Sala Penal. El juez Jorge Pfleger confesó que nadie pudo anticipar por esos años que entre los supremos se incubaba el huevo de la serpiente.

Si del acusado se trata, el juicio no mostró mucho más que algún que otro arrebato emocional de Panizzi. Si los tuvo, se saldaron con sanciones, como cuando fue juez en Sarmiento. Si los sufrió como ministro, no hubo terceros testigos que lo confirmaran. En todo caso, es su versión contra las de Fernando Royer, José Luis Pasutti y María Carolina Arrigone, que lo acusaron de agresiones y acoso. Tampoco se verificó si su presunta doble personalidad alteró el dictado de alguna sentencia.

Los 13 diputados decidirán hoy si en su entrevista con Jornada, en noviembre de 2012, Panizzi se fue de boca o reveló desmanejos que de otro modo hubiesen muerto en los pasillos. Eso sí: después los confirmó la fiscal Silvia Pereira. A esta altura, lo único que se puede escribir sin margen de error es que la crisis institucional es gravísima e irremontable.

Versión Risso

El diputado provincial de la Unión Cívica Radical, Roberto Risso, salió al cruce de los dichos del gobernador Martín Buzzi, quien calificó de “bochornosas” las internas que se desnudaron en el juicio político. Según el legislador, acusador de Panizzi, si Buzzi observa irregularidades debería promover el juicio político porque “tiene el poder y la responsabilidad” de hacerlo.

“Si el gobernador opina eso tiene que haber usado el procedimiento de juicio político hace mucho tiempo. Uno puede opinar de lo que hacen los demás pero no el gobernador, porque él tiene el poder y la responsabilidad de promover el juicio político si piensa que hay irregularidades”, explicó.

Risso añadió que “él no debe pedir que se investigue, no tiene ese derecho, esas son las instrucciones particulares porque si no se pierde la objetividad dado que se usa la Justicia como arma, como herramienta”, expresó, en relación al presunto pedido que formuló Buzzi al procurador general Jorge Miquelarena para que investigue las denuncias públicas de Panizzi y que terminó con la investigación de oficio de la fiscal Silvia Pereira, que detectó serias irregularidades en los administrativos internos de la Sala Civil. “Si el mandatario provincial entiende que está mal tiene que promover el juicio político. Aunque si yo estaría en su lugar antes de juzgar a los demás empezaría a mirar a mi alrededor, ¿no?”, ironizó el radical.

Cómo se votará

Los votos de la Sala de Juzgar deberán leerse en voz alta, son individuales y deben incluir una fundamentación de cada legislador. Ninguno puede abstenerse. Las decisiones se escucharán hoy desde las 10 en el recinto y en este orden alfabético: Ana María Barroso (Modelo Chubut), Raquel Di Perna (Modelo Chubut), Mónica Gallego (Frente para la Victoria), Jerónimo García (Modelo Chubut), Carlos Gómez (Partido Justicialista), Alejandra Johnson Táccari (Frente para la Victoria); José Karamarko (Partido Justicialista), Adolfo Mariñanco (Frente para la Victoria); Anselmo Montes (Frente para la Victoria), Oscar Petersen (Polo Social), Héctor Trotta (Frente para la Victoria); Exequiel Villagra (Frente para la Victoria) y Elva Willhuber (Frente para la Victoria).#

 

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