Con el respeto que me merece cualquier persona elegida democráticamente, en las urnas, quiero decir que el diputado Matías Stevanato,  al haber presentado en la Legislatura una paparruchada (me niego a llamarlo proyecto) para que a la mujer violada que sigue adelante con su embarazo se le dé un subsidio de 4.200 pesos mensuales ha incurrido en una subestimación hacia las mujeres y en una falta de respeto a nuestras decisiones como seres humanos.

No se trata de “premiar” a las mujeres violadas. No se trata de darles un sueldo (¿seguiremos con el festival del subsidio en la Argentina?) para que tengan un hijo. No se trata de que las mujeres embarazadas digan que han sido violadas para recibir la dádiva (como alguno pensará, nunca faltan).

Se trata, y como lo pedimos todas las agrupaciones de mujeres que luchamos por que se respeten nuestros derechos, es que de una vez por todas dejemos de mirar para otro lado y hagamos que se cumpla con el Código Penal, en su artículo 86. Que se cumpla la ley. Que un diputado que hace leyes haga cumplir el Código Penal y deje de dar subsidios. Los subsidios se crearon para otra cosa.

El diputado Stevanato parece que no entiende que existe el  aborto no punible para casos de violación  y existe una  interpretación amplia que hizo la Corte Suprema de Justicia al respecto, que no está protocolizada. Las mujeres violadas pueden decidir seguir o no con el embarazo no deseado. Con esta paparruchada hasta hay una discriminación para las mujeres que no quieran llevar a término la gestación.

Y no salgan a embarrar la cancha los denominados  “pro-vida” (los únicos niños abandonados que han visto han sido por televisión). No estamos discutiendo aborto sí o aborto no. Esa es otra discusión. Además, nadie está  “a favor”. Es la solución última que toma una mujer cuando no puede ni con su vida.

Estamos hablando del aborto no punible, el que no está penalizado. El que está autorizado. El que es judicializado injustamente, así pasa el tiempo, pasa el tiempo, y cuando sale la sentencia, ya el feto está tan desarrollado que es imposible interrumpir la gestación.

Los abortos clandestinos existen. Las mujeres que quieren tener a sus hijos los tienen, con plata o sin ella.

Stevanato: le tengo una mala noticia. Ni por 4.000 ni por 8.000 una mujer que no quiere tener un hijo de su violador lo va a tener. Solamente le pedimos que se la atienda en hospitales públicos, con todo el amor y el respeto que se merece una mujer que ha pasado por ese trance, que no se la juzgue, que se cumpla con una ley que tiene 100 años.

Qué pena que estos hombres que hablan tanto de maternidad, fetos, embriones, día del niño por nacer no pudieran ser mujeres por unos meses… Cómo se darían cuenta de que hoy la mujer necesita “información para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir” y de que en casos de violación la mujer es dueña de su cuerpo y, según sus creencias, hará lo que tenga que hacer.

Basta de perejiles y agujas de tejer. Basta de hipocresía. Porque los que más insisten en considerar a la mujer como una incubadora son los que nunca se hacen cargo de los niños que ellos mismos engendraron (generalmente fuera del matrimonio).

El sólo pensar en una mujer parada en una ventanilla de una municipalidad diciendo “vengo a cobrar el subsidio por violación” me hace poner la piel de ave.

No, así no es.

 

 

fuente http://www.mdzol.com/opinion/456834-subsidio-para-mujeres-violadas/