Un total de 44 presos murieron en un supuesto enfrentamiento desatado en la madrugada de este domingo en una cárcel del municipio mexicano de Nuevo León. “Durante el incidente, en el penal de Apodaca, los reos se enfrentaron con armas punzocortantes y quemaron algunos colchones del penal”, informó Jorge Domene, vocero estatal de Seguridad.

“De acuerdo con las investigaciones hechas hasta el momento, todos los internos fallecidos se encontraban en el dormitorio Delta y fueron ultimados con objetos punzocortantes, piedras y barrotes –dijo Domene–. Se descarta el uso de armas de fuego para causar la muerte de estas 44 personas.” Y, extrañamente, agregó que “no se reportaron heridos”, lo que en una pelea a cuchilladas entre 300 personas, que no haya heridos es un dato bastante más que anecdótico.

Asimismo, el funcionario afirmó que “el incidente obedeció a una riña entre grupos rivales que están en interior del penal, más precisamente en los ambulatorios (secciones) C y D”. Se estima que esos dos ámbitos albergaban a unos 300 reclusos.

“Desconocemos exactamente las causas, sabemos que sí hubo una confrontación fuerte”, informó Domene. Aunque advirtió que “aún sigue el recuento de los daños, tanto materiales como de vidas humanas”.

De igual forma, señaló que investigarán si hubo responsabilidades penales en torno de estos hechos violentos y “no descartan que haya alguna complicidad, ya sea por amenaza, por omisión o por acción de alguno de los custodios al interior del penal”, algo que en las próximas horas tendrán en claro y darán a conocer las autoridades mexicanas.

La cárcel de Apodaca, ubicada a 30 kilómetros del centro de Monterrey, es controlada por Los Zetas, un grupo que surgió en la década de 1990 entre militares desertores que fueron reclutados como pistoleros por el Cartel del Golfo. Se considera uno de los grupos criminales más violentos del país.

“Sabemos que al interior del penal existen Zetas y Golfos y esperamos descifrar a quién corresponde este ataque, una vez identificados los cuerpos”, dijo Domene.

El penal alberga a casi 3 mil reclusos, aunque su capacidad real es para 1500, en una situación de hacinamiento que se repite en todo el sistema. En conjunto, “los tres penales en Monterrey tienen una sobrepoblación del 36 por ciento, con 8590 detenidos, lo que sobrepasa la capacidad en 2279 cupos”, según datos oficiales.

Aunque el penal de Apodaca está muy cerca de una estación militar, no hubo presencia del ejército durante los disturbios. El lugar era resguardado por efectivos de la policía, tanto local como estatal.

Domene había explicado, en un primer contacto con la prensa, que al momento de los disturbios se observaban “unas columnas de humo (saliendo de la cárcel) porque precisamente durante este enfrentamiento se quemaron colchones y otras pertenencias”, aunque confirmó que poco después del episodio la situación estaba “bajo control” de las autoridades.

También precisó que “personal del servicio forense trasladó los cuerpos a otro lugar para iniciar el proceso de identificación de las víctimas”.

Tras conocerse los hechos, familiares de los presos llegaron hasta los alrededores de la cárcel en busca de información sobre la situación de sus parientes. Algunas se han desmayado por la espera, pues han permanecido en el lugar desde la madrugada.

Esta supuesta riña en el penal de Apodaca es el segundo hecho similar ocurrido en los últimos meses en Monterrey, luego que el pasado 13 de octubre siete internos murieron y otros 12 quedaron heridos tras una fuerte pelea entre bandas rivales en el penal de Cadereyta.

Sin embargo, el caso de Apodaca podría ser uno de los peores saldos de muertes en un penal, luego que a inicios de enero 31 presos murieron y 13 resultaron heridos por una riña en la cárcel de Altamira, en el estado de Tamaulipas, al norte de México. En tanto, el 15 de octubre del año pasado, también en Tamaulipas, hubo 20 muertos en otra cárcel y apenas dos días antes, en Monterrey, se reportaron otros siete.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-187948-2012-02-20.html