RÍO DE JANEIRO, 9 may (IPS) – Los delincuentes que desean abandonar la actividad criminal encuentran innumerables obstáculos para dejar atrás un destino de cárcel o muerte. Pero en esta ciudad brasileña varios proyectos comienzan a abrirles una puerta de salida.

Francisco Paulo Testas Monteiro, conocido como «Tuchinha», llegó a la cúpula de la jerarquía criminal. Como sabía leer y escribir, había estudiado cinco cursos de primaria y era bueno en los cálculos, se le asignaron las cuentas de una de las grandes bandas de la ciudad.

Tuchinha se convirtió en figura mítica dentro del crimen organizado e, incluso, de la policía. Llegó a controlar el tráfico de drogas en el Morro da Mangueira, un pobre y violento barrio dominado por la venta ilegal de estupefacientes. La mitad de su vida, 25 años, se dedicó a actividades vinculadas al narcotráfico.

Obtuvo dinero, mujeres y otras recompensas, pero en su escalada hacia la cima criminal pagó un duro precio. Estuvo en total 21 años preso, por dos condenas distintas, y tanto él como su familia fueron amenazados de muerte.

Ahora, con 49 años, se declara arrepentido. «Crecí en Mangueira, fui un líder. Tenía dinero, mujeres, joyas, pero carecía de libertad. Cuando salía del barrio lo tenía que hacer escondido o ir fuera de Río. Si hubiese tenido antes la oportunidad, antes hubiese cambiado de vida», dijo a IPS.

Fue el 5 de agosto de 2011 cuando dejó totalmente y para siempre el tráfico de drogas, después de ser invitado por la organización no gubernamental AfroReggae a ayudar a la gente a dejar el delito y dar talleres sobre cómo lograrlo.

«Cometí muchas maldades y mandé a hacer otras tantas. Lo pagué muy caro, con mi libertad. Hoy mi papel es rescatar a quienes quieren dejar el crimen y soy la prueba viviente de que vale la pena vivir en paz», admitió.

Tuchinha visita las cárceles para conversar con jóvenes condenados e incluso ayuda a mediar en los conflictos en zonas atenazadas por la violencia.

«Queremos darles mi misma oportunidad a personas que quieren transitar el buen camino, dejar la delincuencia y poder vivir en paz con sus familias. Muchos de ellos se encuentran sin esperanza, pero les digo que ella existe y está viva», explicó.

El exlíder mafioso defiende que sean amnistiados los presos y exdelincuentes, para que tengan oportunidad de comenzar una nueva vida.

Tuchinha cree que aún puede terminar sus estudios y confía en poder vivir en una ciudad mejor para sus hijos.

Mientras, se esfuerza por convencer a jóvenes que fueron o son traficantes a que ingresen al proyecto de «Empleabilidad» de AfroReggae. Esa iniciativa, creada en 2008, ya logró emplear a más de 3.100 personas.

Daniela Pereira da Silva, de 35 años, estuvo presa tres años y es ahora una de las coordinadoras del programa.

«Formo parte de las estadísticas femeninas, en que las mujeres en su mayoría caen presas por su implicación amorosa con un novio o un marido narcotraficante», dijo a IPS.

El objetivo del proyecto, explicó, es abrir el acceso a exconvictos al mercado laboral. «La demanda ha sido genial y también incluye a residentes de las comunidades donde opera el narcotráfico y a parientes de expresidiarios, para aumentar los ingresos familiares y evitar volver a la delincuencia», precisó.

Tuchinha y Silva formaron parte del grupo de extraficantes apoyados por AfroReggae, que se reunieron con el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov, durante su primera visita oficial a Brasil, entre el martes 7 y este jueves 9.

El encuentro, en el que participó IPS, tuvo lugar en la sede de la organización en la favela (barrio pobre y hacinado) Pavão-Pavãozinho, situada detrás de la famosa playa de Ipanema y que ya fue pacificada por las autoridades.

La visita de Fedotov a la ciudad tuvo como objetivo conocer los programas sociales y de seguridad pública que se implementan en las favelas.

«El proyecto de pacificación (de las favelas) parece estar funcionando. Es la primera vez que veo algo parecido en relación a una política de pacificación y quedé muy impresionado», comentó el diplomático ruso.

«Estuve hace 10 años en Río y puedo sentir cambios visibles. Quiero manifestar mi admiración por las personas que tuvieron el coraje de dejar la vida delictiva, una vida ilegal, para vivir una vida legal», declaró al defender la inclusión social como una herramienta de la prevención del delito.

Mangueira y Pavão-Pavãozinho forman parte de las 32 favelas de Río de Janeiro que estuvieron dominadas por el narcotráfico y que fueron pacificadas por las fuerzas policiales. La meta de las autoridades para 2014 es instalar 40 Unidades de Policía Pacificadora (UPP).

En Río de Janeiro viven unos seis millones de personas, de las que al menos un millón residen en favelas, algunas de las cuales siguen aún dominadas por mafias del narcotráfico.

«Tuvimos una política enfocada en la represión, lo que generó más conflictos y muerte. La policía no actuaba sobre la causa de la violencia sino sobre sus efectos. Las armas en manos de los delincuentes, en tanto, eran cada vez más potentes», dijo durante la reunión en Pavão-Pavãozinho el comandante de la UPP, el mayor Felipe Magalhães dos Reis.

Los costos de la «guerra contra las drogas» fueron muy grandes y hubo muchas pérdidas humanas, reconoció.

Entre 1991 y 2008, la policía asegura que resultaron muertos 2.000 agentes, otras 10.000 personas murieron en los enfrentamientos con las fuerzas del orden y se decomisaron 170.000 armas.

«No había salida hasta que surgió la idea de crear la UPP», afirmó el mayor.

Para el máximo ejecutivo de la ONUDD, la experiencia brasileña puede adaptarse en otros países. «Es un proceso diseñado para Río, pero algunos de sus elementos sirven para otros países, especialmente las ideas de integración social, pacificación y alternativas de vida», dijo Fedotov.

Brasil apenas sirve ahora como ruta dentro del narcotráfico internacional, pero el país se convirtió en un importante consumidor de drogas. Durante su visita a Brasilia, Fedotov se reunió con funcionarios para discutir la futura cooperación, como las asociaciones regionales y mundiales.

«Brasil es un actor global y estamos interesados en contar con su apoyo y participación en temas globales como la lucha contra el crimen organizado transnacional y las drogas ilícitas», planteó el alto funcionario a periodistas en la capital del país.(FIN/2013)

 

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102820