En el ámbito legal, hay avances en relación a la violencia de género pero en la práctica hay deudas. Por semana, se registran en el Valle Central, en promedio, unas 20 denuncias. El año pasado hubo 11 mujeres asesinadas y se registraron más de 3 mil causas, al respecto, en el Juzgado de Familia. Este año, se dictó la primera sentencia por femicidio.

La violencia contra las mujeres es, en teoría, una política de Estado. Pese a contar con convenciones y leyes nacionales y provinciales, la práctica deja números que asustan. Durante 2013, de 17 homicidios que se produjeron en todo el ámbito de la Provincia, 11 tuvieron como víctimas fatales a mujeres, niñas y adolescentes. De la mano, la violencia de género muestra otros números. Según datos del Ministerio Público Fiscal, en los tres Juzgados de Familia ingresaron 5.076 causas; se tramitaron 395 divorcios y recibieron 3.025 denuncias por violencia familiar, lo que representa el 59,59% de las causas ingresadas. En tanto que en la Defensoría General Civil se tramitaron 1.719 causas, también por violencia familiar.

Desde la Fiscalía de Delitos Correccionales se informó, en más de una oportunidad, que por turno (de siete días) ingresan, en promedio, 20 denuncias diarias, solamente en el Valle Central. Por lo general, se trata de lesiones.

En este contexto cargado de terror, se debe destacar que en diciembre de 2012 entró en vigencia la Ley Provincial 5.363 de Adhesión de Catamarca a la Ley Nacional Nº 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, en el ámbito que desarrollen sus actividades personales. Es decir, se las protege tanto en el hogar, como en el trabajo y hasta en el ámbito sanitario, entre otros. Por si fuera poco, la República Argentina adhirió a la Convención Latinoamericana de Belem do Pará para erradicar la violencia contra la mujer. Esta convención ya tiene 20 años.

Sin embargo, las deudas persisten. La obra del Hogar de Protección Integral para Mujeres en Situación de Violencia casi no avanza. Desde la Dirección de Mujer, Infancia y Familia se había informado que en el primer trimestre del año se había, realizado 45 abordajes técnicos.

Por lo pronto, la única certeza que queda es que la violencia contra la mujer no discrimina, debido a que puede suceder en cualquier estatus social, sin importar religión, ideología política ni etnia.

María Rita, mártir

“¡Acaso te llamaras solamente María…! (…) ¡María…!/ Y es tu voz, pequeña y triste, / la del día en que dijiste:” Ya no hay nada entre los dos…”/ ¡María!”, dice la letra de un conocido tango. El 19 de junio pasado, la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Primera Nominación condenó a Francisco Andrés Quiroga (53), alias “El Negro la Carpa” a la pena de reclusión perpetua, tras hallarlo culpable del delito de homicidio agravado por femicidio; fue acusado de asesinar y descuartizar a María Rita Valdez, de 21 años, su ex pareja, madre de dos de sus 11 hijos y también explotada sexualmente por su victimario.

Se trató de una de las primeras condenas del país en este sentido. El tribunal estuvo integrado por los jueces Fernando Esteban, Fabricio Gershani Quesada y Rodrigo Morabito –estos últimos como subrogantes-. La Cámara, por unanimidad, condenó a Quiroga a reclusión perpetua, por homicidio agravado por ser víctima una mujer al ser el hecho perpetrado por un hombre  mediando violencia de género, femicidio o feminicidio, actualmente regulada en el Artículo  80, inciso 11 del Código Penal. A criterio de los magistrados, en el debate quedó acreditado que previamente al lamentable asesinato de María Rita, existió un claro contexto de violencia de género.

El hecho se habría producido entre el 2 y el 5 de marzo del año pasado. Ese día, dos personas habían dado aviso a la Policía de la Provincia que en la cola del Dique El Jumeal de la Capital catamarqueña se habían visto posibles restos humanos. El agente de la Policía de la Provincia Cristian Seco se hizo presente en el lugar y descubrió dos miembros de un cuerpo. Se pudo identificar a la víctima debido a unos tatuajes. Fue así que se supo que se trataba de María Rita Valdez. El torso, hasta la fecha, sigue sin aparecer. El 7 de marzo siguiente, Francisco Andrés Quiroga, alias “El Negro la Carpa”, fue acusado de asesinar y desmembrar a quien había sido su pareja y madre de dos de sus hijos.

En la fundamentación de la sentencia, que consta de casi 100 fojas y a la que RE tuvo acceso, los jueces remarcaron que en los últimos 14 meses de vida de María Rita, se libraron cuatro notas de resguardo con la intención de proteger la integridad física y psicológica de quien se convirtió en la víctima. María Rita formuló denuncias penales en contra de Quiroga, por el delito de  lesiones, amenazas, sustracción de menores a la autoridad de los padres,  y violencia familiar, incluyendo este derrotero judicial una imputación por desobediencia judicial.

Este largo y trágico camino de conflictos entre la víctima, María Rita, y el imputado, “El Negro la Carpa”, tuvo su génesis judicial el día 29 de diciembre del año 2011 -a menos de un año y medio del macabro hallazgo del cuerpo de la joven-. Por ese entonces, María Rita se presentó en la noche, ante la Unidad de Investigaciones Judiciales Nº 2 de la Capital catamarqueña, a denunciar penalmente a su ex pareja Francisco Andrés Quiroga, con quien había culminado tres días antes de la denuncia una relación de convivencia que duró aproximadamente dos años y seis meses. De la relación de ambos nació un niño, de cuatro meses de vida al momento de formular la denuncia. En esa oportunidad, María Rita había manifestado que unos días antes, en horas de la noche, se  encontraba junto al imputado Quiroga, en el patio del domicilio donde convivían, cuando se inició una discusión en la que “El Negro la Carpa” tomó un palo de escoba y la golpeó en la pierna derecha, produciéndole moretones a la altura de la rodilla. Al mismo tiempo, su pareja le decía: “Si te vas, te mato a vos y a tu hijo, y donde te vea con el macho que tengas”. Dos días después, María Rita seguía con “El Negro la Carpa”, quien decidió retirarse del domicilio que compartían, a los fines de viajar a la Provincia de Santiago del Estero. Antes de irse, Quiroga la amenazó, diciéndole “más vale que no te vayas sino te voy a ca… matando a vos  y al changuito”. María Rita aprovechó la ocasión para dejar el lugar donde convivía con su pareja. Tomó la ropa de su hijo y se marchó a la casa de su madre, Teresita Barros.

El 29 de diciembre de 2012, María Rita volvió a denunciar a Quiroga, por otro hecho de violencia. Quiroga se había presentado en la casa de su madre, Teresita. Le dijo que quería ver al niño. Sin embargo, su intención era llevarse al pequeño y logró su cometido. Antes de marcharse Quiroga, con el hijo de ambos, le lanzó nuevas amenazas: “No vas a ver más al bebé, te voy a matar donde te vea” y “ya te voy a mandar a mi hija para que te haga ca…  a vos y a tu mamá, pu… de mier…”.

El 3 de febrero de 2013 -un mes antes de la desaparición de la joven- María Rita volvió a presentarse en la Unidad Judicial Nº 2 para denunciar nuevamente a Quiroga. Manifestó que su temor radicaba en que “El Negro la Carpa” desde que se separaron la amenaza, diciéndole que si  no vuelve con él, le va a prender fuego la casa con ella adentro y también que le va a tirar ácido en la cara a su hijo más, de tan solo 4 meses de vida, por entonces. Del mismo modo, afirmó que temía por la integridad física de su hijo más chico y de la suya propia, ya que lo creía capaz a Quiroga de cumplir con sus dichos.

Días posteriores, el 28 de febrero –dos días antes de su desaparición-, pese a que existía una orden de restricción debidamente notificada en contra del imputado Francisco Andrés Quiroga, María Rita nuevamente se presentó ante la Unidad Judicial Nº 2 para denunciar al acusado. Ese mismo día, unas horas antes, Quiroga se había presentado en la casa de la joven. El hombre le había dicho “dame plata porque yo tengo al nene” y la joven respondió simplemente “que no tenía”. Ante esta respuesta, Quiroga se ofuscó; la joven le pidió a “El Negro la Carpa” que deje de molestarla pero él intentó agredirla sin poder hacerlo porque advirtió la presencia del padrastro de Rita Valdez.

De los numerosos testimonios recabados, surgió -sin incertidumbre alguna-, que el imputado tenía al menos dos claras exigencias para con la víctima. Una, la que debía continuar con una relación ya sea sentimental o de otro tipo con él; otra, la entrega diaria de una determinada suma de dinero. Además, surgió otra cuestión, económica, debido que Quiroga, según sus propios dichos, pretendía que María Rita le otorgara judicialmente la tenencia del hijo de ambos para poder cobrar la Asignación Universal por Hijo.

Se advirtió en este lamentable hecho que entre el imputado Quiroga y la víctima María Rita existía, sin lugar a dudas, una clara relación desigual de poder basada en la idea de superioridad de Quiroga respecto a la inferioridad de la joven, por el solo hecho de ser mujer, signada también por violencia física, pues los diversos testimonios han dado cuenta de las golpizas a las que era sometida en vida María Rita Valdés. Inclusive, se coincidió en la existencia de un golpe que le dejó a la víctima un ojo morado que casi pierde, como también, los castigos en diversas partes del cuerpo si no le entregaba dinero al acusado. Del mismo modo, se ha constatado violencia psicológica, pues, Quiroga, al manifestarle a María Rita que “si te vas te mato a vos y a tu hijo, y donde te vea con el macho que tengás”, “más vale que no te vayas sino te voy a cagar matando a vos y al changuito”.

Por si fuera poco, Quiroga ejercía sobre María Rita Valdés violencia económica. Al solicitarle constantemente dinero o como expresó una testigo “que ella trabajaba y tenía que darle la plata todas las noches, prácticamente le quitaba todo el dinero que recaudaba”, el acusado menoscababa los recursos económicos de la víctima, debido a que perturbaba la posesión de los bienes de la joven y ejercía una limitación o control de sus ingresos.

En definitiva, ha quedado probada cabalmente la existencia de violencia de género entre el acusado Quiroga respecto de María Rita Valdés, produciéndose la muerte de la víctima en un contexto de género, fundamentaron los magistrados en la sentencia.

El debate

Durante las pocas jornadas en las que se llevó a cabo el debate, se tenía previsto que declararan unos 16 testigos. Sin embargo, solo seis se animaron a comparecer. Algunos manifestaron que tenían miedo de posibles represalias o que les “pasara algo”.

Teresita Barros, madre de la joven víctima, aseguró que “El Negro la Carpa” le había dicho que se preparara porque “me iba a devolver a mi hija en una bolsa de nylon negra”, porque su hija no le había dado el dinero que le pedía. “Mi hija ya no quería saber nada con ‘El Negro de la Carpa’ porque le hizo mucho daño; fue siempre malo y le pegaba feo cuando vivían juntos. Antes de fin de año 2012, la tiró a mi hija María de arriba del techo. Supuse que siempre le pegaba pero no me contaba cómo, además la tenía siempre amenazada”, aseveró.

Además, la madre aclaró que María Rita era una trabajadora sexual. Quiroga la regenteaba y todas las noches le exigía $150 de la recaudación, aduciendo que era comprar leche y pañales para el hijo que él le había quitado. También había recordado que María Rita tenía una cicatriz debajo del pecho porque “El Negro la Carpa” le había clavado un cuchillo.

A su turno, Miguel Ángel Pérez, alias “El Negro la Pepa” quien fuera pareja de María Rita, señaló en debate que Quiroga siempre amenazaba a la joven y le pedía dinero todos los días. Según Pérez, Quiroga llegó a su casa a amenazarlo a él, que si no le daba la plata María, le iba a hacer una causa. Quiroga los seguía por todos lados, contó. Aunque era pareja de María Rita, llegó a un punto en que decidió terminar la relación. Fue un tiempo cercano a la desaparición de la muchacha. Pérez no recordó cuánto tiempo duró esa relación; estimó que fueron seis o siete meses y luego ella volvió con Quiroga. Sin embargo, María Rita lo llamó diciéndole que Quiroga entró a la casa de sus abuelos y que le pegó y vio que tenía el ojo morado. Este hecho se produjo aproximadamente dos meses antes de su desaparición.

María Rita y “El Negro la Pepa” convivieron unos dos meses, entre abril y mayo de 2012. Se separaron y luego Pérez se enteró que María Rita había vuelto con el padre de sus hijos. “Como a los tres meses, María me llamó y me pidió que nos encontráramos en la casa de sus abuelos, debido a que había sido golpeada por ‘El Negro la Carpa’. Cuando llegué a la casa no la reconocí debido a que tenía desfigurado el rostro. A partir de allí la volví a frecuentar como amigo para darle una mano a ella y a su bebé. Todo esto iba bien hasta que a principios del mes de diciembre de 2012, ‘El Negro la Carpa’ (…) fue a mi domicilio, donde me dijo que si no dejaba a María, esta no iba a ser para nadie”, contó. Además, recordó que en esa oportunidad María tenía que pasarle 150 pesos por día. Según Pérez, ya que no podía soportar tantas amenazas y decidió dejar de verla. Después se enteró que María Rita, había vuelto a vivir con Quiroga y hasta pasó las fiestas de fin de año con él. “En enero de 2013, sin recordar el día preciso, vuelvo a ver a María y entablamos nuevamente una relación de amistad, enterándome ahí que ‘El Negro la Carpa’ la seguía molestando e incluso continuó con las amenazas hacia mi persona. Me mandaba mensajes con amigas de él para que me digan que me mataría pegándome un tiro”, aseveró. También recordó que Quiroga, en otra oportunidad le gritó que si María no era para él, la quería dentro de una bolsa.

¿Quién es “El Negro la Carpa”?

Francisco Andrés “El Negro la Carpa” es un oscuro personaje del ambiente delictivo catamarqueño. Cumplió varias condenas en el Servicio Penitenciario Provincia y, por seguridad, debió ser trasladado a la Provincia de Chaco.

Según sus antecedentes, en 1995 fue condenado a 8 años por los delitos de lesiones y homicidio culposo. Seis años después, en 2001, luego de un intento de motín en el penal, fue trasladado al Servicio Penitenciario de Chaco. Luego de unos años, en 2009 se publicó en un diario bonaerense un aviso fúnebre que daba cuenta de que Quiroga había muerto. Sin embargo, se logró determinar que se trató de una maniobra para evadir a la Policía catamarqueña, que por ese entonces lo buscaba por otro hecho. Meses más tarde, en 2010, fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por abuso sexual simple. Un mes después fue nuevamente condenado a siete meses de prisión efectiva por amenazar de muerte y golpear a su pareja, porque se negó a cocinarle.

No obstante, de acuerdo con las crónicas policiales –un dato que se omitió en la etapa de instrucción en la causa de María Rita Valdez- hace aproximadamente 15 años, Quiroga había quemado a una mujer, quien milagrosamente salvó su vida. “El Negro la Carpa” habría tomado esta determinación porque la mujer se había negado a trabajar en la calle, como trabajadora sexual.

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Mujeres asesinadas

El pasado 2013 dejó un saldo trágico de 17 homicidios, de los cuales 11 tuvieron como víctimas mujeres.

*El 29 de enero. María Eugenia Rojas, de 31 años, fue apuñalada. La imputación es homicidio calificado por alevosía. En un primer momento, había sido imputado Mauro Orce pero luego, la causa tuvo un giro. Damián Cano, en una declaración por la muerte de otra mujer, confesó el asesinato de María Eugenia. La defensa de Orce pidió su sobreseimiento.

*5 de marzo. Aparecieron los primeros miembros del descuartizado cuerpo de María Rita Valdez. Tenía 21 años y era madre de dos niños pequeños. Por su muerte, en junio pasado fue condenado a reclusión perpetua su ex pareja, padre de sus niños y también explotador sexual, Francisco Andrés Quiroga, alias “El Negro la Carpa”, tras haber sido encontrado culpable por el delito de homicidio agravado por femicidio.

*31 de marzo. Susana Aguilar, de 65 años, fue encontrada muerta, apuñalada. Damián Cano fue imputado, por ello, por homicidio por alevosía. Fue condenado el 19 de diciembre a la pena de reclusión perpetua al ser encontrado culpable.

*5 de septiembre. Otra muerte a puñaladas. Fabiana Aranguez, una docente de 37 años, fue asesinada. La imputación por homicidio criminis causa (es decir, cuando se incurre a un crimen para ocultar otro) fue en contra de Darío Castro, quien pocos meses después se suicidó en su celda del Servicio Penitenciario de la Provincia.

*26 de septiembre. María Justina Flores, de 65 años, en Santa María, perdió la vida por una bomba que explotó. Estaba en compañía de otra persona. En esta causa, está imputado César Rodríguez por doble homicidio.

*El 28 de septiembre. La niña Diana Priscilla fue asesinada a golpes. El 18 de junio, David Chayle, su padrastro, fue condenado a 23 años por su muerte.

*4 de octubre. Celeste Judith Moreno tenía 20 años y apareció muerta en un descampado de la zona norte capitalina, por asfixia. No hay sospechosos.

*7 de octubre. María del Valle Condorí apareció muerta a golpes, hacia el este de la urbe. Por su muerte no hay imputados.

*17 de noviembre. María Celeste Jiménez murió apuñalada por otra mujer, Dominga Ferreyra.

*13 de diciembre. La pequeña Priscila Gutiérrez murió por estrangulamiento. Un adolescente de 16 años es el único imputado.

*18 de diciembre. Keyla Reinoso fue violada y estrangulada. Manuel Hernández es el único imputado por violación seguida de muerte.

http://www.diariofemenino.com.ar/vida-y-muerte-marcadas-por-la-violencia/