Neuquén > La reforma judicial impulsada por el gobierno nacional generó en las últimas semanas una gran discusión con la participación de distintos sectores. En este marco, Neuquén capital fue epicentro de dos importantes reuniones que se desarrollaron en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). El primer encuentro tuvo como protagonista excluyente a un crítico profesor de la Universidad de Buenos Aires, Lucas Arrimada (ver recuadro). Un día después, fue el turno de los integrantes de Justicia Legítima, una agrupación de funcionarios y magistrados de todo el país que tiene entre sus líderes a la procuradora general Alejandra Gils Carbó.
De manera simultánea con convocatorias en otros puntos de Argentina, en esta ciudad se desarrolló el viernes un debate que abrió la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, y que luego siguió con dos mesas integradas por representantes del Poder Judicial de Nación y también de las provincias.
Uno de los paneles que se formó para discutir los alcances de las reforma propuesta por el gobierno nacional contó con el aporte del juez del Tribunal en lo Criminal Nº 1 de Necochea y presidente de la Asociación Pensamiento Penal, Mario Juliano; el titular de la Procuraduría contra la Violencia Institucional del Ministerio Público Fiscal de la Nación, Abel Córdoba; y el defensor oficial penal ante las Cámaras Criminales del Poder Judicial provincial, Gustavo Vitale. Este último fue el encargado de hacer hincapié en algunos conceptos que darían forma a “un Poder Judicial democrático”: idoneidad, imparcialidad y compromiso republicano de los magistrados. Y recordó que “aplicar la ley significa ante todo aplicar la ley suprema”.
Por su parte, Córdoba fue duro con los cuestionamientos y puntualizó que “el Poder Judicial tiene tiempos vaticanos; esto es insostenible, violento”. Sin quedarse en la actual discusión, fue más allá y planteó que “las cárceles son un sistema derivado del Poder Judicial. La aplicación de violencia sobre sectores marginales también es parte de lo que hay que debatir”.
Otro panel fue animado por la fiscal federal subrogante a cargo de la Fiscalía Federal Nº 2, María Cristina Beute; el defensor oficial ad hoc a cargo de las defensorías públicas oficiales ante los Juzgados de Primera Instancia de Neuquén, Pablo Matkovic; y el juez de la Cámara de Apelaciones de Neuquén, Richard Trincheri. Autocrítico, el hombre de la Justicia provincial reconoció que “la Justicia no tiene credibilidad” y enfatizó que “la gente común necesita otra cosa, necesita una Justicia de cercanía”. Para Trincheri, “hay un elemento importantísimo que está faltando: el juicio por jurados”. Sobre esta ausencia, consideró que su no implementación se debe a que “hay una desconfianza en el ciudadano lego”.
A su turno, Matkovic dijo que es fundamental “la democratización de la Justicia para una sociedad plural” y que “las reformas son de largo aliento. Estamos en un momento de cambio de paradigma”.
En cuanto a las interpretaciones partidarias sobre los cambios propuestos, el joven funcionario federal que desarrolla su tarea en Neuquén fue enfático al señalar que “acá ni hacemos la revolución ni tampoco se pone en peligro la República”. Al igual que Trincheri, analizó que “está pendiente la participación ciudadana, tiene que haber juicios por jurados, juzgados de cercanía”.
Consenso para reformas
El titular de la influyente Asociación Pensamiento Penal, Mario Juliano, en diálogo con La Mañana de Neuquén enfatizó que “celebramos que haya iniciativa de introducir reformas en el funcionamiento del Poder Judicial, creemos que hay consenso social acerca de que el Poder Judicial es uno de los poderes de la República que más urgentemente necesita adecuaciones para ponerse a tono con los requerimientos de la época, con una sociedad democrática”.
Añadió que de “las herramientas concretas que se están impulsando, hay algunas -que no merecen mayormente observaciones- que contribuyen a la publicidad y transparencia, en eso estamos de acuerdo”. Sin embargo, el juez bonaerense recalcó que “nos genera algún tipo de duda y en el encuentro que tuvimos recién ha existido coincidencia en ese respecto, acerca de los tres proyectos centrales. Por un lado, la experiencia cercana en la República Argentina demuestra que los tribunales de casación no han contribuido a acelerar los procesos: el tribunal de Casación nacional y el de la provincia de Buenos Aires casualmente demuestran que han constituido verdaderos cuellos de botella; no veo que pueda pasar algo diferente con los tres nuevos tribunales de casación que se han planteado”.
A la hora de referirse a la Magistratura, indicó que “estamos de acuerdo en que hay que rever el funcionamiento, que debe democratizarse, nos parece muy positivo que se incorporen nuevos actores que no dependan exclusiva mente del mundo jurídico, que haya otras miradas y otras voces”.