Declararon tres testigos en el marco del juicio por el asesinato de tres presos durante un motín en la Unidad Penal Nº 1, ocurrido el 19 de marzo de 2007. Uno de ellos dio a conocer detalles de los negociados dentro de la cárcel.
El primero en comparecer ayer fue Walter Velázquez Yegros. Narró algunos detalles de la agresión a las víctimas, José Oscar “Huevos Fritos” Ramírez y Ramón “Arnold” Centurión, y luego, el ataque a Samuel Céspedes.
Dijo que vio a Raúl Tuama cuando le disparó a Ramírez y a Centurión, y junto a otros después lo agredieron con hacha y machetes para seguir con Céspedes.
Le exhibieron un croquis donde describió su ubicación en el pabellón 10 y cómo se fue el ingreso de los reclusos que mataron a dos internos e hirieron de gravedad a Céspedes, que luego murió en el Hospital Escuela.
Luego declaró Claudio Quiñones. Se trata del testigo para el que pidieron protección, ya que reveló graves irregularidades en el penal Nº 1 en el 2007, con el ingreso de vino y otras bebidas. La botella de vino de tres cuartos de litro se la vendían al preso a $75.
También hizo referencia a la venta de drogas, involucrando al servicio penitenciario.
Contó que actualmente la situación sigue pero no de la forma en que se hacía en el 2007. Quiñones dijo que momentos antes del motín, escuchó que agentes del servicio penitenciario le dijeron a Centurión “hoy es el último día que te reís”; identificó entre ellos al agente Adolfo Gómez Núñez, quien habría renunciado del Servicio Penitenciario y se desconoce su domicilio.
Contó que a Céspedes le dieron un hachazo en la espalda y un machetazo por el costado derecho del costillar, y le rebanaron un pedazo de carne que se llevaron.
“Me dijo Céspedes ‘tapame que tengo frío’, entonces pasé una manta por la reja de mi celda y lo cubrí porque se acercó apenas y ahí quedó hasta que lo llevaron”.
El abogado defensor Jorge Barboza acusó a Quiñones de falso testimonio, porque en declaraciones anteriores dijo que conocía a Gayupán y que intervino en la masacre y en la audiencia dijo que no estuvo. Después Quiñones aclaró y dijo que conocía de vista a Gayupán. El testigo pidió a su familia que no lo visite más por las advertencias que recibió de “La Vieja” Sánchez, quien le mandó mensajes de textos diciendo que tenía que declarar y siempre lo amenaza. Ofreció entregar voluntariamente un chip telefónico. Dijo que no tiene celular y en días de visita pide prestado, coloca su chip y lee los mensajes.
Se ordenó por pedido de Barboza que Delitos Complejo retire el chip que Quiñones entregará voluntariamente.
El último en declarar fue Julio César Alfonso, que al no contestar ninguna pregunta se ordenó su detención por falso testimonio.
Fuente: http://www.ellitoral.com.ar/es/articulo/194932/Matanza-en-la-carcel-sorprendentes-revelaciones-en-el-relato-de-un-preso