Según un informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación, el órgano que monitorea las cárceles del Sistema Federal e integra el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, las cárceles argentinas afrontan uno de sus peores momentos en materia de sobrepoblación. El abuso de la prisión preventiva, las muertes violentas y los malos tratos a los presos, en la agenda del día. El organismo denunció dificultades en el acceso a la información y tildó de “acuciante” la situación.

“Los fracasos de las experiencias internacionales que pretendieron controlar el delito y reducir la inseguridad a partir de políticas punitivas de ‘mano dura’ ya han corroborado que estos programas no hacen más que impactar de forma negativa en los índices de prisonización y en las condiciones materiales en las que se desarrolla el encierro penitenciario”, alertó el informe, al que tuvo acceso el portal comercioyjusticia.info

Sobre el aislamiento el informe señaló que “el recurso del aislamiento como modalidad de gestión del encierro ha estado presente en las prisiones modernas desde su surgimiento. Suele ser utilizado como medida disciplinaria ante infracciones cometidas al interior de las cárceles y, aunque las recomendaciones internacionales indican que debe ser entendida como modalidad disciplinaria excepcional, en la práctica constituye la regla, según indican los datos relevados por la PPN.

Durante el año 2016 la administración penitenciaria federal aplicó 5.823 sanciones de aislamiento a 2.738 personas, lo que da un promedio de dos actuaciones disciplinarias por persona sancionada. Aproximadamente 20% de los alojados en el SPF han pasado por la experiencia del aislamiento disciplinario al menos una vez al año.En relación con la duración de este tipo de sanciones, se destaca que si bien el grueso no superó las cinco jornadas consecutivas, casi la mitad de ellas (47%) implicó un encierro de entre seis y 15 días”.

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