La ASOCIACIÓN PENSAMIENTO PENAL expresa la profunda preocupación que le causa la decisión del Poder Ejecutivo de la provincia de Catamarca (Decreto 126/15) al no enviar para tratamiento del Senado el pliego de Fabricio Iván Gershani Quesada, más allá de las facultades constitucionales que ostenta (artículo 200 de la Constitución de Catamarca).

Nuestros fundamentos son los siguientes.

Los actuales jueces de menores, Fabricio Iván Gershani Quesada y Mario Rodrigo Morabito, comenzaron sus funciones como consecuencia de la tragedia de la Ex Alcaidía ocurrida el 9 de septiembre de 2011, donde cuatro adolescentes en conflicto con la ley penal murieron atrapados por las llamas dentro de la celda donde se encontraban privados de libertad. Por ese entonces, esta Asociación manifestó su preocupación y  la atención periodística y de la sociedad catamarqueña estuvo puesta en esos lamentables episodios. Las críticas para las autoridades del gobierno no se hicieron esperar, sobre todo cuando, al caer la noche del 9 de setiembre, la guardia del hospital San Juan Bautista,  informaba el deceso del cuarto adolescente.

La ira de los familiares se desató y la conmoción ganó las calles. El Poder Judicial puso bajo la lupa el desempeño de seis policías que estaban en la guardia al momento de la tragedia, y a las dos juezas de menores, por tener a los chicos fallecidos -quienes contaban ya con “varias caídas” policiales, pese a su edad- más tiempo del estipulado en la ley de menores. Incumplimiento que, sumado a las condiciones no aptas para el alojamiento de chicos en el edificio, llevaron, con el correr de los días, que ambas magistradas resolvieran renunciar a sus cargos, sin que ello signifique desvincularse de la causa judicial.

Con este panorama, la Corte de Justicia de Catamarca nombró en comisión a los jueces Gershani Quesada y Morabito, quienes no obstante su juventud, pudieron darle un giro trascendental a la justicia penal juvenil de la provincia. La infancia comenzó a ser respetada ya que en sus respectivas sentencias los jueces abordaron los postulados básicos del derecho internacional de los derechos humanos de los niños.

De las crisis surgen los grandes cambios. Y, en este caso, el cambio fue positivo para Catamarca.

Es sorpresivo que el Poder Ejecutivo provincial haya decidido reemplazar a Fabricio Gershani Quesada por otro juez propuesto por el gobierno (sin menoscabo de las condiciones personales y profesionales del propuesto, que no colocamos en tela de juicio).

En materia penal juvenil, es trascendental la especialidad que deben ostentar los operadores de tan particular fuero, pues se trabaja con niños en conflicto con la ley penal y con muchas vulnerabilidades superpuestas. Ambos jueces conocen en profundidad la temática.

Por otra parte, nos llama enfáticamente la atención, que se haya propuesto un candidato que no se registró en ninguna de las dos oportunidades en que se abrieron las inscripciones para cubrir los cargos de jueces de menores, esto es en 2012 y 2014. Los únicos que se postularon y cumplieron con los requisitos formales y legales, fueron los jueces Morabito y Gershani Quesada.

Ambos magistrados han demostrado compromiso y militancia con la temática y, ante todo, respeto por los derechos fundamentales de los niños, colectivo por demás castigado en nuestro país.

En definitiva, durante estos años, ambos jueces han demostrado idoneidad y conocimiento en la materia, ecuanimidad e imparcialidad y, lo que es fundamental, independencia.

En materia de infancia, la República Argentina ha sido el país más cruel en razón de la violación a los derechos humanos de los niños, ostentando el triste record de haber sido condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en cuatro oportunidades.

Los avances en la temática han sido escasos Es por ello que, cuando una provincia tiene la particularidad de contar con operadores del sistema juvenil que tienen como misión la reintegración de derechos y no la retribución misma, el límite al poder punitivo y no su expansión desmedida,  es muy valioso, digno de destacar en un país con tan mala imagen en una temática muy difícil y delicada.

Catamarca, no puede darse el lujo de semejante retroceso en materia de niñez al no evaluar la posibilidad de abordar el pliego del juez Fabricio Gershani Quesada, pues, con ello, todos los avances positivos logrados desde el fuero pueden verse truncados  en perjuicio directo de los niños.

No hay dudas que, tanto Fabricio Gershani Quesada como Rodrigo Morabito, le han dado a la niñez una óptica diferente y trascendental; es ese el norte que debe seguir todo Estado democrático de derecho, priorizar el respeto por los derechos fundamentales de los más postergados, tarea diaria efectuada con compromiso y militancia por ambos jueces catamarqueños.

7 de marzo de 2015