El acto por la marcha de los estatales este miércoles, a simple vista, no vislumbraba un panorama distinto al que suele caracterizar toda movilización trabajadora. Sin embargo un hombre de bigotes alzó micrófono, tomó la palabra y se presentó: “Soy Miguel Reynoso, policía retirado”…

No faltaron ni las pecheras, ni los bombos, ni las banderas ni la camioneta con música. El folclore, una vez más, estaba garantizado.

Sin embargo, a media mañana, un hombre de bigotes se presentó: “Soy Miguel Reynoso, policía retirado”. Las miradas no tardaron en ubicarlo. Los empleados públicos y la prensa no lo podían creer.

Y a decir verdad, suena lógico si se tiene en cuenta que no es usual escuchar y ver a un efectivo en una movilización por reclamos laborales. O si es habitual, es cumpliendo una función bastante menos simpática: la custodia, eventualmente represiva.

Reynoso lo escoltaron unos 20 compañeros de civil. Entre ellos, mujeres policía y familiares de uniformados caídos en actividad. En conjunto, enumeraron las vulneraciones de las que dicen ser objeto los efectivos de la ciudad.

La primera que remarcaron fue la de la negación a su agremiación. Como dijeron, saben que de sindicalizarse, muchas otras demandas podrían empezar a solucionarse. “Nos lo prohíben porque les parece peligroso que los policías estén agremiados porque sacaríamos a la luz todo lo que hace a un sistemático sometimiento, con jornadas enteras de trabajo, con horas que no se reconocen, con parte del salario en negro”, denunció Reynoso.

Además de repudiar el pago desdoblado del medio aguinaldo, el comisario retirado subrayó: “Queremos el blanqueo de las horas extras, de los salarios, la actualización de las cajas de retiro y el control de la obra social. Nosotros no tenemos ni acceso a asignaciones familiares. Estamos muy precarizados”, completó.

A su turno, habló Virginia Sosa, uniformada de la Comisaría Tercera, y también Darío Ojeda, herido en actividad en 2010. Fue él quien sostuvo, durante todo el acto, una cartulina blanca que rezaba: “Los azules, presentes”.

A dúo contaron que fueron de civil a la movilización porque temen represalias por parte de sus superiores. “Cuando hablamos de agremiarnos, nos amenazan de que nos van a abrir sumarios, de que nos van a trasladar, de que nos van a descontar días. No queremos más esas persecuciones de los jefes”, aseguraron, tras advertir que los efectivos heridos en actividad, tal el caso de Ojeda, no cobran los subsidios correspondientes. “No estamos contemplados por la institución ni por el Gobierno. Hay compañeros que hace tres años que están reclamando el subsidio por herido en actividad y nada”.

Por último, y sobre los motivos que defienden su sindicalización, Sosa Ojeda argumentaron: “Porque queremos reclamar por nuestros derechos. Nosotros somos trabajadores. Eso se tiene que entender. Estamos cansados de que el Estado nos margine y sólo nos cite por cuestiones de la seguridad. Queremos respuestas a nuestros reclamos. Hay compañeros movilizados en toda la Provincia. Pero no queremos acuartelarnos, como pasa en otras localidades. Pero sí queremos tener derecho a los justos reclamos de todo trabajador argentino”, concluyeron.

 

fuente: http://www.diarioelatlantico.com/diario/2012/07/05/43887-azules-presentes%E2%80%9D.html