Es especialista en políticas de seguridad y uno de los referentes más importantes de América Latina. Hoy arribó a nuestra provincia para participar de Desafío Mendoza y, previo a su disertación, mantuvo un mano a mano con MDZ. En primer lugar, Alberto Binder justificó el miedo de la gente, aunque sopesó que la situación de inseguridad es mejor que el promedio de la región. De acuerdo con su análisis, es la errática respuesta estatal lo que provoca la tan mentada «sensación» de la que reniegan los vecinos cada vez que escuchan su pronunciación.

Por otra parte, Binder retomó su viejo análisis del «doble pacto» (el gobierno de la seguridad depende de un primer pacto entre la dirigencia política y las fuerzas policiales y, al mismo tiempo, de un segundo pacto entre las fuerzas policiales y ciertos sectores de la criminalidad con alguna presencial territorial). Sobre éste, explicó que en la actualidad es inviable por la purga policial de los últimos años y la complejización de la delincuencia. De todos modos, dijo que hay ciertos sectores de la política tentados en reproducirlo.

-El slogan del Desafío es «vivir sin miedo». ¿Es justificado el temor de la gente?

-La política de seguridad, al igual que la política económica, tiene componentes objetivos y subjetivos. Cuando vos hablás de un problema de seguridad, te referís a tres dimensiones: un conjunto de factores sociales que hay que analizar desde un punto de vista más complejo que el habitual, la respuesta estatal y el modo como el ciudadano percibe estas dos cosas. Entonces, vos podés tener situaciones objetivas que no sean tan graves y podés tener un aumento de la sensación de inseguridad porque el tipo de respuesta que se da frente a problemas menores sigue siendo errático.

 

Binder es uno de los disertantes en Desafío Mendoza.

 

-¿Entonces qué es lo que pasa en Argentina?

-A ver. Vos podés tener un incendio grande o pequeño. Hoy, Argentina, en relación a otros países de Latinoamérica, tiene un incendio mucho más pequeño (5 homicidios cada 100.000 habitantes) pero los bomberos están distraídos jugando al truco. El índice de sensación de inseguridad te lo dan dos cosas: la sociedad está viendo fenómenos a los que no estaba acostumbrada a través de la televisación y a su vez hay una respuesta estatal errática, demagógica e ineficaz que preocupa. Hay una sensación de que el Estado no está haciendo las cosas bien, es una preocupación genuina, por más que los datos muestren otra cosa. Objetivamente, estamos mejor que Brasil, pero el miedo sigue allí.

-¿Qué hay que hacer con la Policía Federal?

-Las fuerzas de seguridad federales necesitan ser reorganizadas en el marco de un plan estratégico de seguridad. Nosotros tenemos un diseño de mitad de siglo, del Siglo XIX, para un país que ha cambiado profundamente. Además, las necesidades de control de la criminalidad son otras. Hoy, es indispensable la creación de un modelo de policía de investigaciones, una agencia federal muy modernizada, con tecnología apropiada. También una fuerza federal de control extenso como la gendarmería, y una fuerza de apoyo con movilidad y habilidades especiales para dar soporte a las policías provinciales frente a situaciones específicas. El de la actualidad es un modelo obsoleto, que no va más.

-La creación del Ministerio de Seguridad nacional, ¿conduce a eso?

-Hoy hay dos modelos: el viejo, que sigue creyendo que el problema de la inseguridad es un problema de autonomía policial, de fortalecimiento policial, de respaldo a la policía; y hay otro de gobierno democrático de la seguridad, en el que el primer paso es tener la capacidad de intervención en todos los ámbitos de seguridad. La creación del ministerio representa un giro importante que recién está construyendo las herramientas necesarias para el cambio.

 

Binder, a favor de la creación de policías municipales.

 

-¿Son necesarias las policías municipales? ¿Qué se puede aportar desde los municipios?

-Muchísimo. El rescate de los municipios como actores importantes de muchos de los segmentos del sistema de seguridad me parece crucial. Yo soy muy favorable a las policías municipales y creo que los programas de prevención locales tienen que estar. Los municipios tienen un nivel de manejo de la información de la conflictividad social que sólo se consigue a ese nivel. Es central. Algunos intendentes se pusieron al frente del reclamo vecinal, de ahí se pasó a las ciudades que cooperan, pero el nuevo paso tiene que ser el municipio como actor central.

-¿Cuáles son las medidas que deben tomarse en el corto plazo?

-Dos medidas fundamentales: una nueva capacidad estatal y la reorganización policial. Esos son dos grandes cambios que tenés que hacer en lo inmediato. A partir de allí, queda una larga lista de cosas que tienen que ver con una reorganización completa del sistema.

Fuente:

Es especialista en políticas de seguridad y uno de los referentes más importantes de América Latina. Hoy arribó a nuestra provincia para participar de Desafío Mendoza y, previo a su disertación, mantuvo un mano a mano con MDZ. En primer lugar, Alberto Binder justificó el miedo de la gente, aunque sopesó que la situación de inseguridad es mejor que el promedio de la región. De acuerdo con su análisis, es la errática respuesta estatal lo que provoca la tan mentada «sensación» de la que reniegan los vecinos cada vez que escuchan su pronunciación.

Por otra parte, Binder retomó su viejo análisis del «doble pacto» (el gobierno de la seguridad depende de un primer pacto entre la dirigencia política y las fuerzas policiales y, al mismo tiempo, de un segundo pacto entre las fuerzas policiales y ciertos sectores de la criminalidad con alguna presencial territorial). Sobre éste, explicó que en la actualidad es inviable por la purga policial de los últimos años y la complejización de la delincuencia. De todos modos, dijo que hay ciertos sectores de la política tentados en reproducirlo.

-El slogan del Desafío es «vivir sin miedo». ¿Es justificado el temor de la gente?

-La política de seguridad, al igual que la política económica, tiene componentes objetivos y subjetivos. Cuando vos hablás de un problema de seguridad, te referís a tres dimensiones: un conjunto de factores sociales que hay que analizar desde un punto de vista más complejo que el habitual, la respuesta estatal y el modo como el ciudadano percibe estas dos cosas. Entonces, vos podés tener situaciones objetivas que no sean tan graves y podés tener un aumento de la sensación de inseguridad porque el tipo de respuesta que se da frente a problemas menores sigue siendo errático.

 

Binder es uno de los disertantes en Desafío Mendoza.

 

-¿Entonces qué es lo que pasa en Argentina?

-A ver. Vos podés tener un incendio grande o pequeño. Hoy, Argentina, en relación a otros países de Latinoamérica, tiene un incendio mucho más pequeño (5 homicidios cada 100.000 habitantes) pero los bomberos están distraídos jugando al truco. El índice de sensación de inseguridad te lo dan dos cosas: la sociedad está viendo fenómenos a los que no estaba acostumbrada a través de la televisación y a su vez hay una respuesta estatal errática, demagógica e ineficaz que preocupa. Hay una sensación de que el Estado no está haciendo las cosas bien, es una preocupación genuina, por más que los datos muestren otra cosa. Objetivamente, estamos mejor que Brasil, pero el miedo sigue allí.

-¿Qué hay que hacer con la Policía Federal?

-Las fuerzas de seguridad federales necesitan ser reorganizadas en el marco de un plan estratégico de seguridad. Nosotros tenemos un diseño de mitad de siglo, del Siglo XIX, para un país que ha cambiado profundamente. Además, las necesidades de control de la criminalidad son otras. Hoy, es indispensable la creación de un modelo de policía de investigaciones, una agencia federal muy modernizada, con tecnología apropiada. También una fuerza federal de control extenso como la gendarmería, y una fuerza de apoyo con movilidad y habilidades especiales para dar soporte a las policías provinciales frente a situaciones específicas. El de la actualidad es un modelo obsoleto, que no va más.

-La creación del Ministerio de Seguridad nacional, ¿conduce a eso?

-Hoy hay dos modelos: el viejo, que sigue creyendo que el problema de la inseguridad es un problema de autonomía policial, de fortalecimiento policial, de respaldo a la policía; y hay otro de gobierno democrático de la seguridad, en el que el primer paso es tener la capacidad de intervención en todos los ámbitos de seguridad. La creación del ministerio representa un giro importante que recién está construyendo las herramientas necesarias para el cambio.

 

Binder, a favor de la creación de policías municipales.

 

-¿Son necesarias las policías municipales? ¿Qué se puede aportar desde los municipios?

-Muchísimo. El rescate de los municipios como actores importantes de muchos de los segmentos del sistema de seguridad me parece crucial. Yo soy muy favorable a las policías municipales y creo que los programas de prevención locales tienen que estar. Los municipios tienen un nivel de manejo de la información de la conflictividad social que sólo se consigue a ese nivel. Es central. Algunos intendentes se pusieron al frente del reclamo vecinal, de ahí se pasó a las ciudades que cooperan, pero el nuevo paso tiene que ser el municipio como actor central.

-¿Cuáles son las medidas que deben tomarse en el corto plazo?

-Dos medidas fundamentales: una nueva capacidad estatal y la reorganización policial. Esos son dos grandes cambios que tenés que hacer en lo inmediato. A partir de allí, queda una larga lista de cosas que tienen que ver con una reorganización completa del sistema.