omo en las películas, los catamarqueños tuvieron ayer  su primer juicio por jurados, con acusadores y defensores, una mujer imputada y una docena de ciudadanos sobre quienes recayó la responsabilidad de dar el veredicto tras deliberar. Y si bien se trató de un hecho ficticio, -que se extendió por más de dos horas- la puesta en escena permitió pensar y abrió el debate de cuáles son las posibilidades reales para implementar en nuestra provincia este sistema de justicia que está garantizado por la Constitución Nacional, pero que nunca se puso en práctica. Salvo en la provincia de Córdoba.
Pasadas las 16.00, la experiencia piloto se puso en marcha en la Sala Principal del Cine Teatro Catamarca, ante un auditorio de aproximadamente 650 personas, entre ellas estudiantes de Derecho e interesados en asistir al primer evento de estas características.
Luego del acto protocolar, donde estuvieron a cargo de la palabra el presidente de la Asociacion de Magistrados y Funcionarios, doctor Jorge Alvarez Morales y, la Decana de la Facultad de Derecho de Catamarca, Claudia Pacheco, inició el juicio oral.
Lo presidió Mario Alberto Juliano, presidente de la Asociación Pensamiento Penal; el fiscal Marcelo Altamirano, con participación en juicios reales en Córdoba, y la defensa a cargo del abogado Alfredo Pérez, quienes llevaron ya por varias provincias del país este simulacro.
Cinco actores locales de la escuela de Teatro “Juan Oscar Ponferrada” oficiaron de la acusada y los testigos, realizando cada uno un trabajo de alta escuela, que al terminar el juicio, fue reconocido por el público presente que colmó casi todo el salón del Cine Teatro, con un aplauso cerrado.
El caso juzgado
En el 2011 ocurrió un homicidio en un edificio de avenida Belgrano. Un hombre, Manuel Gómez, falleció a manos de su mujer, Tamara Pena.
Tras la llegada de la policía a la escena del crimen, todo parece indicar que el caso trata de un drama pasional seguido de muerte, a lo que posteriormente mediante juicio, los testimonios de testigos, interpelaciones, participación del abogado defensor y un fiscal, declaración de la única imputada y el jurado conformado por 12 integrantes, deberán determinar el curso real de los hechos.
El debate inició con la presentación del caso. El jueves 3 de marzo de 2011, en horas del mediodía, asesinaron a Manuel Gómez. El arma utilizada, una pistola calibre 22. El hecho ocurrió en el tercer piso de un edificio de calle Belgrano.
A los pocos minutos, Pena  entregó el arma a un detective de la Policía de Catamarca, Oeste, y quedó detenida. Llegó a este juicio con la calificación de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, a cargo de cada una de las partes. Seguidamente,  Marcelo Altamirano, fiscal de Cámara de la provincia de Córdoba, representando el mismo rol en la puesta en escena, explicó los porqué  el jurado debía condenar a Tamara Pena, la imputada acusada de haber asesinado de dos disparos a su pareja, Manuel Gómez, aquel día. Luego le tocó el turno a la defensa, quien enmarcó el hecho en las reiteradas acciones violentas a las que había sido sometida la imputada y al mal comportamiento de la víctima. Además de remarcar que el hombre fallecido le debía a su cliente, importantes sumas de dinero y que la había llevado a incursionar en el  ambiente de la noche y las drogas. Según la defensa, la muerte se había producido durante un forcejeo en el que la acusada había intentado defenderse de su pareja. En ese momento se produjo un solo disparo, en contraposición a lo que había presentado la fiscalía, que resultó fatal para la víctima. Con el correr del tiempo, tanto los actores como el público se fueron compenetrando con el caso. Las actuaciones de los artistas, seleccionados a través de un casting, tomaban mayor credibilidad ya que las preguntas a las que eran sometidos cambiaban de acuerdo con sus testimonios y a los datos que iban aportando. Las lágrimas durante la declaración de la acusada le dieron el broche de oro a una interpretación que muchos vivieron como real. El simulacro incluyó un cuarto intermedio y una vez que se le tomó declaración a los testigos y a la acusada, los letrados volvieron a exponer sus razones para condenar a la acusada, en el caso del Ministerio Público, y de absolverla y mostrarla como una víctima de maltrato de género, en el caso de la defensa.
Finalmente, los miembros del jurado se retiraron a discutir el veredicto que le darían luego al juez. Ese debate se extendió por unos minutos y finalmente llegó la sentencia: el jurado decidió declararla inocente.

Los protagonistas
Juez: Mario Alberto Juliano, presidente de la Asociación Pensamiento Penal.
Fiscal: Marcelo Altamirano, fiscal de Córdoba.
Defensor: Alfredo Pérez.
Jurado: 12 miembros elegidos entre los anotados.
Testigos: Personificados por los artistas catamarqueños, Anahí Tula Barmes (acusada), Cristian Toranzo (detective), Rodrigo Cativa Arias (cartero), Virginia Mulles (dueña de la peluquería) y Nicolás González (barman de un bar).
Calificación: Homicidio.
Veredicto: inocente.

“Catamarca está lista para el debate”
Concluido el simulacro, LA UNION dialogó con el presidente de la Asociación de Pensamiento Penal, Mario Juliano,  quien se mostró conforme con la asistencia de público y la participación de los catamarqueños en esta prueba piloto.
“La participación que hubo en Catamarca es inédita. La mayor concurrencia en este tipo de experiencia que habíamos tenido fue en Neuquén con 400 personas. Hoy, de acuerdo con los datos, en el Cine Teatro hubo 650 personas, lo que pone de relieve realmente la importancia de este tema para la ciudadanía“, expresó. Agregando: “Hemos presentado un proyecto para que se tenga como base para la discusión, en el que buscamos un jurado popular integrado solo por ciudadanos. Lo que pensamos que es absolutamente posible”. En cuanto al fallo, respondió “en contra de cierta corriente de opinión, el ciudadano tiene una sensibilidad muy distinta a la de los jueces técnicos, posee una percepción y sensibilidad que los jueces no tenemos”.

 

 

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