El comentario del funcionario surgió este viernes en un diálogo radial con el animador Julio Wajcman, cuando intentaba explicar un plan para pavimentar rutas en El Impenetrable chaqueño, una obra que favorecerá tanto a criollos como a indígenas de la zona.

 

En medio de esa explicación hizo su polémico paréntesis: “Si tenemos 80 mil habitantes aborígenes… Bueno, pero ellos no quieren que le digan aborígenes, sino que le digan indios, porque siempre le dijeron indios. Eso me dice siempre el diputado (Orlando) Charole y yo me crié en esa zona”, señaló.

 

Miradas  

 

En su informe “Buenas prácticas para le comunicación pública: Pueblos Indígenas-Originarios”, el Inadi distingue las diferentes denominaciones que se realiza de este grupo de personas y explica el sentido de cada una de ellas. Así establece que: Pueblos Indígenas, es un término consensuado por los propios pueblos utilizado en tratados internacionales.

 

En tanto, Pueblos Originarios, se utiliza para denominar a los primeros habitantes del nuevo Estado argentino. Categoría dada a los nacidos en el territorio ancestral, hoy en día en los Pueblos del Abya Yala (conocido como América).

 

Con respecto al término “Indios”, explica que “es una de las primeras denominaciones utilizadas despectivamente para referirse a algunos Pueblos Naciones Ancestrales.  La utilización de la palabra “indio” como insulto o cómo sinónimo de salvaje o bárbaro constituye una desvalorización de la cultura indígena”. Sin embargo, aclara que “en boca del colectivo indígena, la palabra “Indio” es utilizada para revertir el estigma y reivindicar su cosmovisión y cultura”.

 

Por otra parte, Sandra Cesilini, politóloga, especialista en desarrollo social y docente en la Universidad Nacional de San Martín) recuerda en un artículo publicado en el diario Clarín que “para muchos decir indio e indígena es lo mismo” pero esto no es así.

 

“Las palabras no tienen ni la misma carga emocional y de mirada de prejuicio, ni la misma etimología. Colón creía que su viaje lo llevaría a la India, un objetivo económico claro y conocido. Llamó indios a los habitantes del Nuevo Continente, creyendo que se trataba de Asia, una equivocación que se meció en la ignorancia de los conquistadores, se terminó de establecer en el uso permanente del plural Indias durante la etapa colonial, para amparar el sojuzgamiento de esos pobres seres que quedaron atrapados en una esclavitud escondida bajo múltiples nombres (mita, yanaconazgo, encomienda)”.

 

“Indígena, en cambio, según la Real Academia Española proviene del latín indigena, que significa ‘de allí’ y, por extensión, ‘primitivo habitante de un lugar, nativo’”.

 

“Este término está compuesto de indi- (una variante del prefijo latino in-) y la raíz indoeuropea gen- ‘parir’, que también está presente en muchas palabras de nuestra lengua, como engendrar y genealogía. En los diccionarios de la Real Academia se registra el vocablo recién en 1803, en la que aparece mencionado como “el que es natural del país, provincia, o lugar de que se trata” y quizá la fecha tiene que ver con los vientos revolucionarios que ya agitaban las cabezas de las colonias en una Europa estremecida por las consecuencias de la revolución francesa. Cuando pensamos en esta historia de las palabras, vemos una realidad ocultada, maquillada para que no se vea, el ser originario, el ser predecesor, el tener derechos conculcados”.

 

“En América latina, tanto en el Chile próspero y ordenado, como en el nordeste argentino, en la Amazonia de un Brasil pujante y en la Colombia desgarrada por múltiples batallas, estallan los conflictos que involucran indígenas, a quienes desde el prejuicio se les sigue diciendo indios. Sus tierras, y su cultura ancestral son ambicionadas por quienes quieren poseerlas sin respetar sus derechos, como si fueran los indios de la fantasía colonial destinados a proveer especies y sedas”.

 

“Hay algo del origen que da derechos y allí la palabra indígena tiene un valor de toma de posición frente a construcciones políticas que los olvidan aunque los mencionen, permitiendo que no se entienda que existen diferencias ni matices entre la pura violencia y la lucha por ellos”.

 

“La brecha entre los indígenas y quienes no lo son produce marginalización y discriminación. Esta brecha dentro de las sociedades democráticas no ha sido suficientemente revisada, poniendo la lupa sólo cuando el conflicto se torna violento y trae la muerte en su vientre. El diálogo intercultural es un tema a instalarse, con buenos ejemplos y fracasos a ser revisados. Es un año electoral en buena parte de América Latina y esta cuestión debe ser central en el debate sobre la inclusión y el desarrollo”, finaliza Cesilini.

 

Censo 2010

 

De acuerdo al Censo 2010, en el Chaco viven poco más de 41 mil indígenas o personas que se reconocen como descendientes de estos. Esta cifra representa el 3,9 por ciento de la población total de la provincia.

 

El censo constató la alta deuda social que aún persiste en este sector de la población chaqueña. En este sentido, el informe revela que el 84 por ciento de los habitantes originarios del Chaco no tiene obra social, ni prepaga ni estatal. Por otro lado, destaca que el 86 por ciento de la población indígena mayor de 65 años cobra una jubilación o pensión.

 

El nivel de analfabetismo es alto. De los 30.700 indígenas que tienen más de 10 años (franja etárea que se toma para la medición) el 14 por ciento no sabe leer ni escribir. Son 12 puntos porcentuales por encima de la media nacional y nueve puntos por encima de la provincial.

 

Sólo el siete por ciento de los hogares indígenas del Chaco tiene cloacas, cuando en toda la provincia el 25% sí la tiene. La mayoría utiliza pozo ciego, cámara séptica o una excavación en la tierra. En cuanto al combustible utilizado para cocinar, el 56,5% usa leña o carbón. Le sigue el gas con garrafa, en el 38,5% de los casos.

Chaco Día por Día

 

http://www.chacodiapordia.com/politica/noticia/91151/ivanoff-pide-llamar-%E2%80%9Cindios%E2%80%9D-a-los-indigenas-%E2%80%9Cporque-ellos-quieren-que-le-digan-asi%E2%80%9D