El magistrado clausuró este lunes la etapa de instrucción y elevó la causa a juicio oral. El único que estará en el banquillo de los acusados es el excapitán Tozzo, quien estuvo prófugo cinco años y luego fue detenido por Interpol en Río de Janeiro.

El juez Federal de Resistencia, Carlos Skidelsky, dio por clausurada la etapa de instrucción y decretó este lunes la elevación a juicio oral de la segunda parte de la denominada Masacre de Margarita Belén. La fecha del inicio de las audiencias aún no fue resuelta y será determinada en las próximas semanas por el Tribunal Oral Federal (TOF) de Resistencia.

A diferencia de la primera parte, en la que resultaron condenados ocho exmilitares y absuelto un expolicía, en esta oportunidad el único que estará sentado en el banquillo de los acusados será el excapitán Norberto Raúl Tozzo. Desde octubre, Tozzo está preso en la Unidad Penitenciaria N°7 de Resistencia tras lograr evadir por cinco años a la Justicia argentina. En 2008, la Interpol logró su detención en un hotel cinco estrellas de Río de Janeiro y recién en octubre del año pasado se logró su extradición al país.

A pesar de estar acusado de participar del fusilamiento de al menos 22 presos políticos el 13 de diciembre de 1976, hecho que conllevaría una pena de prisión perpetua, la extradición concedida por la Justicia brasileña le puso un corset legal a la Argentina. Es decir, lo benefició.

Debido a las leyes de extradición y en cumplimiento de la legislación del vecino país, Tozzo sólo será juzgado por el delito de secuestro calificado, un crimen de carácter continuado que persiste hasta hoy, en virtud de que “las cuatro personas que estaban bajo la guardia de los militares aún permanecen desaparecidas”, según consta en la resolución del Tribunal Supremo brasileño.

Las personas a las que se refiere el Tribunal son: Roberto Yedro, Reynaldo Zapata Soñéz, Fernando Piérola y Julio Pereyra, sobre quienes aún se desconoce el paradero de sus restos. Tras la masacre, los militares mintieron a la sociedad y a los familiares de estas personas (todos militantes del peronismo de izquierda) afirmando que los cuatro estaban prófugos luego de lo que fue una supuesta emboscada de montoneros a un convoy militar, hecho totalmente inverosímil, que fue desmentido en el primer juicio. Aún se desconoce el paradero de sus restos.

Prescriptos.

El máximo organismo de justicia brasileño consideró también que los homicidios que se le imputan a Tozzo están prescriptos –a diferencia de la interpretación que se hace en Argentina–, y, además, no hizo lugar a la invocación efectuada por la defensa respecto a la falta de pruebas y a la amnistía concedida por el expresidente Carlos Menem.

Respecto de las penas, y como en Brasil no existe la prisión perpetua tal como se la conoce en nuestro país, estableció que el máximo de pena que la Justicia argentina le podría imponer es de 30 años. Asimismo, se dejó establecido que deberá descontarse el tiempo que ya ha pasado en la cárcel desde su detención en septiembre de 2008.

En febrero, y con este marco legal, Skidelsky procesó a Tozzo por el delito de desaparición forzada de personas, en concordancia con lo normado por el articulo 148, del Código Penal Brasileño, con el agravante de secuestro calificado en cuatro hechos en concurso ideal entre si.

Prófugo.

Cabe recordar que el represor fue apresado en 2003 por la Justicia chaqueña y luego liberado tras un escandaloso hábeas corpus concedido por la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia. Una vez que se ordenó la recaptura de los represores imputados, Tozzo escapó.

Permaneció prófugo al menos un lustro, hasta que fue detenido el 17 de septiembre de 2008 por Interpol, escondido en el “Ipanema Tower”, un hotel de lujo de Río de Janeiro. Su extradición fue aceptada en mayo último por el Tribunal Supremo de Brasil y ratificada el mes pasado por un decreto de la presidenta, Dilma Rousseff.

Tozzo nació el 6 de octubre de 1945 en Buenos Aires. Fue militar, empresario, bon vivant y ahora recluso. Durante la dictadura Tozzo fue agente del Destacamento de Inteligencia 124 de Resistencia –que dependía directamente del Batallón 601 del Ejército. Ya en democracia se recicló como empresario de medios de comunicación en varias localidades entrerrianas, donde era dueño de un servicio de televisión por cable y una radio de frecuencia modulada.

Se sabe que Tozzo fue uno de los integrantes del convoy que participó de la Masacre de Margarita Belén. Concretamente, viajaba como acompañante de Germán Emilio Riquelme (condenado a perpetua) en un camión Unimog 416 del Ejército que iba como escolta del vehículo que llevaba a los detenidos y, una vez en el lugar, fue uno de los ejecutores, según quedó consignado en los documentos recopilados hasta el momento y sobre todo en la sentencia del juicio que se realizó el año pasado y en el que fueron condenados ocho exmilitares a perpetua.

 

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