Patricio Sabadini, fiscal Federal de Resistencia, pidió el procesamiento de dos ayudantes penitenciarios, dos agentes y un funcionario de la Procuración Penitenciaria Nacional en la causa donde se investiga la muerte del recluso Maximiliano Duarte.

El fiscal Federal de Resistencia, Patricio Sabadini, pidió el procesamiento de dos ayudantes principales penitenciarios, dos agentes y un funcionario de la Procuración Penitenciaria Nacional en la causa donde se investiga la muerte de Maximiliano Duarte, un recluso de la Unidad Penitenciaria Nº7 de Resistencia quien falleció el 23 de julio último tras sufrir golpes y torturas en esa unidad carcelaria.
El requerimiento de 71 páginas fue presentado esta semana ante el Juzgado Federal y solicita que se procese a los ayudantes principales, Juan Romero y Jorge Benitez y a los agentes conocidos por los internos como “Pimienta” y “Chino”, todos pertenecientes al grupo de requisas del Servicio Penitenciario Federal, por el delito de tormentos agravados por el resultado muerte. El requerimiento apuntó también al delegado de la Procuración Penitenciaria de la Nación, delegación nordeste, Oscar Zacoutegui, por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y omisión de denunciar torturas.
Sabadini recordó que el hecho comenzó el 25 de junio, aproximadamente entre las 6 y 8 de la mañana, en el pabellón N°4 de la Unidad Penitenciaria Federal N°7 cundo el grupo de requisas efectuaba el control de rutina de los internos y sus respectivas celdas. Luego de un conflicto entre ellos, los ayudantes principales, Juan Romero, Jorge Benítez y los agentes “Chino” y “Pimienta”, ya en la celda de Duarte, al notar que el mismo hacía caso omiso a las solicitudes de los agentes penitenciarios en virtud de hallarse inmerso en profundo sueño, efectuaron golpes de puño y patadas al mismo en sendas partes del cuerpo, despertando ante el episodio y manifestándole que no lo golpearan pues no se sentía bien de salud por un cuadro de riesgo gastrointestinal, producto del grado de intoxicación con pastillas que padecía. No obstante esto, los guardias continuaban con su accionar violento.
Tras este episodio Duarte despertó y, presumiblemente, confundido por la situación salió corriendo de su celda hacia el fondo del pabellón, del cual los agentes nombrados lo persiguen, lo capturan y lo arrastran hacia su celda a base de golpes de puño y patadas. Que el cuadro de infección gastrointestinal y el posterior riesgo de muerte se incrementó a raíz de los golpes sufridos por Duarte por parte de los agentes, lo que ocasionó la rotura del duodeno yeyunal posibilitando la salida de materia tóxica del organismo, lo que derivó a que sea trasladado de urgencia al Servicio de Atención Médica de la Unidad Penitenciaria en cuestión a las 8,15 y, ante la gravedad del cuadro, posteriormente al Hospital Perrando de esta ciudad aproximadamente a las 8,45 horas donde atravesó una intervención quirúrgica pero sin lograr advertir los facultativos, dicha lesión intestinal.
Posteriormente, Duarte desde el Perrando fue remitido nuevamente al Servicio de Atención Médica de la citada Unidad Penitenciaria el 26 de junio, a las 12,50, complicándose su cuadro de salud siendo derivado nuevamente a las 21,45 del mismo día a aquel nosocomio. Al día siguiente, el 27 de junio, lo intervienen quirúrgicamente otra vez y logran observar los médicos la rotura de intestino duodenoyeyunal, lesión que fuera ocasionada por los tormentos infligidos a Duarte, la que incrementó. Murió el 23 de julio como consecuencia de una septicemia generalizada.  Sabadini también apuntó contra Zacoutegui, delegado del nordeste de la Procuración Penitenciaria Nacional, organismo dedicado a monitorear y denunciar hechos de tormentos, torturas y otros tratos crueles contra los presos de cárceles federales. Para el fiscal, el funcionario sabía de los hechos denunciados por Duarte pero omitió tomar cartas en el asunto.
“Lo que se imputa a Zacoutegui es no haber denunciado el hecho de tormentos a la autoridad competente para perseguir el castigo de los culpables. Es una obligación inherente a su función como delegado de la Procuración Penitenciaria el efectuar las denuncias correspondientes a los internos que sufren todo tipo de vejámenes, como así motorizar el procedimiento de documentación e investigación de las lesiones padecidas por los reclusos en caso de tormentos”, señaló.