El penal fue construido a fines de los 70 para albergar a unos 600 reclusos, pero hoy cobija a unos 4.800 en situación de hacinamiento. En 2013 una guerra de presos dejó 35 muertos.

Mañana, continuando con su práctica de visitar prisiones desde que era arzobispo de Buenos Aires, el Papa Francisco entrará en la cárcel de máxima seguridad que ocupa 34 hectáreas en la ciudad más poblada de Bolivia, Santa Cruz. Considerada una de las prisiones más conflictivas del país, los reclusos de Palmasola expondrán al Pontífice las principales carencias que padecen en justicia, salud y alimentación.

El Papa escuchará durante una hora el testimonio de hombres y mujeres que purgan sus penas en Palmasola. «Será un encuentro íntimo y sin periodistas a pedido del Vaticano. Solo habrá acceso a una unidad del canal Bolivia TV», anticipó la ministra de Comunicación, Marianela Paco.

El penal fue construido a finales de la década de 1970 para albergar a unos 600 presos,  aunque hoy cobija a unos 4.800 en situación de hacinamiento por retrasos de la justicia. La Defensoría del Pueblo precisó que un 76% está detenido de forma preventiva y solo un 24% tiene sentencia condenatoria. 

«El Papa hará una reflexión tras escuchar a cinco representantes de la población carcelaria», anticipó el obispo Jesús Juárez, responsable de la Pastoral Penitenciaria, quien también participó en la organización de la visita del Papa Juan Pablo II en mayo de 1988 a Bolivia. «Creo que la primera cosa que se hará es llamar la atención de las autoridades responsables sobre la situación crítica en que están viviendo en algunas cárceles del país», dijo Juárez.

Jimmy Condori, dirigente de los internos, señaló recientemente que esperan que el Papa intervenga para obtener «igualdad jurídica, mejora en la alimentación, en la salud y programas de verdadera rehabilitación».

 

Hasta los criminales más violentos de la prisión aseguran que el Papa estará a salvo. «Su visita es una bendición para nosotros», afirmó Ambi Vaca, de 24 años, quien cumple una condena de 15 años. «Así que vamos a cuidar de él», agregó. «Nos hemos asegurado de que las cosas estén tranquilas por aquí», dijo a Reuters Leonardo Medina, quien enfrenta cargos por asesinato, mientras mascaba hoja de coca y vestía una chaqueta roja con la palabra «disciplina».

Palmasola se ha ganado la fama de ser «la cárcel más peligrosa de Bolivia», en gran parte, por continuos enfrentamientos entre facciones rivales. En uno de los peores episodios, el 23 de agosto de 2013 una guerra territorial en el pabellón de máxima seguridad, conocido como «Chonchocorito», dejó 35 muertos, entre ellos un niño de un año y medio, y un centenar de heridos. Una investigación judicial estableció que los presos murieron por asfixia a raíz de la inhalación de humo, quemaduras y golpes con arma contundente después de la toma de un bloque por reos de otro pabellón.

Medina vive en la sección contigua, de régimen abierto, que visitará el Papa mañana. A aquel pabellón se le conoce como «PC-4» y es el más grande de la prisión. Luce como un pequeño pueblo con ropa colgada entrelazándose con cables de luz, edificios destartalados, quioscos y una cafetería con una estatua de Cristo.

Existe también un pabellón de mujeres y los niños pueden vivir con sus padres encarcelados, junto a violentos presos, que evitan con un soborno a los funcionarios de la prisión, dijo Ramiro Llanos, ex jefe de servicios penitenciarios de Bolivia.

A esta visita se prevé que asistan presos de otras cárceles del país, que llevarán regalos hechos por ellos mismos. Los de Potosí le obsequiarán un suéter de lana que lleva el nombre de Francisco; mientras que los de Palmasola le regalarán un cuadro tallado en madera de la Última Cena y una hamaca tejida a mano con los colores del Vaticano.

http://www.latercera.com/noticia/mundo/2015/07/678-638026-9-como-es-palmasola-la-peligrosa-carcel-de-maxima-seguridad-que-el-papa-visitara.shtml