Un violento disturbio provocado el martes en el Hospital Zonal por dos detenidos que estaban alojados en una sala de cuidados progresivos desnudó la falta de coordinación entre la Justicia, el Servicio Penitenciario y el Ministerio de Salud para atender a los presos con adicciones u otras patologías.

Los procesados, derivados desde el Penal III, rompieron un vidrio, agredieron a uno de los custodios y atacaron a otros pacientes internados en la misma sala, desatando una situación de inusitada violencia entre la medianoche del lunes y las 3 del martes.

Uno de los detenidos se encontraba internado por una autoagresión mientras que el otro lleva varias días esperando la derivación a otra institución para recibir tratamiento específico de Salud Mental.

La gresca demandó la intervención de varios efectivos de la comisaría Segunda, que inició una causa por atentado y resistencia a la autoridad, daños y lesiones, y puso los detenidos a disposición del Juzgado de Instrucción 4.

No obstante, hasta el mediodía de ayer el juez Ricardo Calcagno no había resuelto la derivación de los procesados, de apellidos Painefil y Palma, cuyos informes médicos indican que «no presentan condiciones para internación prolongada».

El director de nosocomio, Víctor Parodi, informó a «Río Negro» que uno de los procesados había ingerido alcohol en gel de los dispensadores empotrados en la pared y ambos comenzaron a agredir a los pacientes internados en la sala destinada a pacientes crónicos en situación de abandono social, pacientes de Salud Mental y judiciales.

El médico relató que «agredieron a los pacientes que no pudieron correr» por estar convalecientes mientras que otros pudieron refugiarse en los pasillos.

Parodi destacó la necesidad de abrir una instancia de diálogo con la Justicia y el Servicio Penitenciario para «definir estrategias, algo que hasta el momento no se ha hecho» y advirtió que «el Hospital no se puede transformar en una instancia de internación conveniente por lo que le está faltando a otras instituciones».

En tal sentido recordó que «el hospital es una institución de puertas abiertas y no tiene responsables de contener a gente en situación judicial, no es una cárcel».

Por su parte el coordinador de Salud Mental, Oscar Di Marco, coincidió con Parodi en que el problema es que el tratamiento de los pacientes con conflictos judiciales carece de una coordinación entre los distintos estamentos y jurisdicciones intervinientes, y opinó que «faltan instituciones intermedias» para atender estos casos.

«Faltan instituciones intermedias para atender a pacientes del mismo hospital, tenemos gente internada que tendría que estar en otro lugar, como una casa protegida», explicó Di Marco.

El violento episodio del martes fue el segundo que se registró en lo que va del año y se suma a una lista considerable de conflictos con presos adictos o desequilibrados que fueron derivados al «Ramón Carrillo».

Parodi insistió en la necesidad de coordinar acciones porque «el Hospital tiene que salvaguardar los derechos de todos los internados, también los de los presos».

Fuente: http://www.rionegro.com.ar/diario/detenidos-sin-control-en-el-hospital-de-bariloche-854008-9521-nota.aspx