Cuando se tortura se violenta la dignidad de las personas, con impactos en la subjetividad que se traduce no solo a ellas sino a su núcleo familiar y social, generándose una sociedad en la que el trato inhumano, cruel o humillante constituye sin duda el peor de su deterioro.

Desde este mandato que nos toca desempeñar, articulado con la comunidad internacional, este 26 de junio de 2018, Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, propiciamos a la sociedad toda, a reflexionar, aspirando a la construcción de conductas sociales, para la realización de una meta concreta que es la de terminar con todos los actos que impliquen torturas y otros tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes.