Mientras en América Central se habla directamente de avanzar en la legalización del mercado de drogas y en Uruguay el gobierno puso a estudio de su Congreso una ley para convertir al Estado en proveedor oficial de marihuana para evitar las consecuencias del narcotráfico, la posición argentina tiene como expectativa de máxima la despenalización de l a tenencia de estupefacientes para consumo personal.

Fue una orden directa de la presidenta Cristina Kirchner la que dio por cerrado el debate al respecto preparado en la Cámara de Diputados para este año. Sin embargo, en los últimos días el jefe de la Sedronar, Rafael Bielsa, empezó a referirse nuevamente a la necesidad de cambiar la ley de drogas.

Durante su participación en la reunión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad-OEA), en Costa Rica, el ex canciller manifestó su opinión a favor de revertir la estrategia antidrogas de castigar a los consumidores.

«La penalización del consumo no ha logrado reducir la venta minorista ni atacar a los grandes narcotraficantes, demostrando una gran ineficacia para ir hacia arriba en la cadena de ventas», aseguró el jefe de la agencia antidrogas nacional.

Agregó: «Han sido los consumidores los que han engrosado las estadísticas y han padecido por eso. Todo esto ha fomentado la corrupción y las injusticias, en especial en las poblaciones más excluidas. Presidentes y ex presidentes del hemisferio, con orientaciones políticas de la más diversa índole, se han manifestado en contra de penalizar a los consumidores. La criminalización no funciona y sólo ha dificultado las posibilidades de acceso a un tratamiento».

Más allá de exponer su respaldo al fallo de la Corte Suprema, de 2009, sobre la inconstitucionalidad de castigar a una persona por la tenencia de pequeñas cantidades de droga, Bielsa aclaró que esa posición no significa alentar la legalización de las drogas.

Se sabe extraoficialmente que la Casa Rosada no ve con buenos ojos la propuesta uruguaya de transformar al Estado en el vendedor oficial de marihuana.

En definitiva, el gobierno argentino por ahora sólo avala una lenta modificación legal promovida por el llamado fallo Arriola, emitido por la Corte Suprema, sin dar respaldo a las alternativas de máximos cambios que son motivo de debates en la región.

Sin embargo, esas discusiones entre los países americanos recién llegarán al mundo en 2016, ya que las Naciones Unidas decidieron esta semana convocar para ese año a una sesión especial de su asamblea general para trazar una nueva estrategia internacional sobre las drogas..