(General Pico) – Marcelo Tomaselli (26 años) recibió ayer una condena de prisión perpetua por el crimen de su esposa, Carla Figueroa (18), y una trompada que le propinó en la cara uno de los hermanos de la víctima, tras la lectura de la sentencia que terminó con forcejeos entre la policía y algunos familiares de Carla que pugnaban por llegar hasta el acusado para agredirlo.
El fallo condenatorio se conoció ayer al mediodía en la sala de audiencia 1, donde se habían dispuesto celosas medidas de seguridad para evitar incidentes, que no impidieron que al menos uno de los integrantes del público pudiera acercarse hasta el imputado para golpearlo.
La tensión en los tribunales piquenses se podía sentir cuando una numerosa cantidad de familiares de la víctima y amigos llegaron al edificio para escuchar el veredicto del tribunal. Unos quince minutos antes de las 12, el público fue tomando asiento en la sala y ocupó la totalidad de las sillas. Una gran cantidad de medios ocupaban otro sector, apuntando sus cámaras hacia el lugar que iba a ocupar Marcelo Tomaselli.
El fiscal Alejandro Gilardenghi y el fiscal General, Carlos Salinas, fueron las primeras autoridades en llegar y minutos después lo hizo el imputado. Tomaselli llegó esposado, junto a su abogado defensor, Walter Vaccaro, y rodeado de policías del Grupo Especial.
Una vez que le quitaron las esposas, se ubicó en el pupitre. Y enseguida ingresaron los tres jueces de Audiencia: Florentino Rubio, Fabricio Losi y Luis Abraham. Rubio consultó a las partes si estaban de acuerdo con leer solo la parte resolutiva del fallo y así se hizo.
Por Secretaría se dio a conocer que la sentencia era «unánime» y se condenaba a Marcelo Javier Tomaselli, «como autor material y penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el vínculo, a la pena de prisión perpetua y costas (artículos 80 inciso 1º, 45 del Código Penal y 355, 474 y 475 del Código Procesal Penal)».
Tras esa breve lectura, se escucharon aplausos. El juez Rubio dio por finalizado el acto y se levantaron del estrado. En ese instante, algunos policías del Grupo Especial se ubicaron frente al periodismo y el público y formaron un cordón para proteger al acusado. Pero ese operativo no fue eficaz.
Uno de los hermanos de la víctima, Cristian Reinoso, que estaba ubicado casi al final de la sala, corrió entre las sillas y logró colarse entre la policía y las cámaras de televisión. Hizo unos seis metros y alcanzó a llegar hasta donde estaba Tomaselli, a quien en ese momento le estaban colocando las esposas.
Reinoso lanzó una trompada con la mano derecha que dio de lleno en la cara de Tomaselli, que en un reflejo pretendió enfrentarlo. A partir de ese instante se inició un disturbio generalizado, ya que otros familiares procuraban llegar hasta el imputado, que fue sacado de la sala a los empujones por la policía.
El forcejeo entre policías y familiares siguió por algunos minutos, ante las propias autoridades judiciales, y los jefes policiales que dirigían el operativo. La calma se logró tras algunos minutos, cuando se logró desalojar la sala y los más exaltados se tranquilizaron.

«Mi corazón aliviado».
Minutos después de conocida la sentencia, se pudo acceder a los fundamentos del fallo y los puntos en los cuales se basaron los jueces para condenar a Tomaselli a prisión perpetua y no tomar en cuenta la «emoción violenta», que había aducido la defensa del imputado como atenuante. En la argumentación, sobresale que los jueces adujeron que la amnesia que dijo tener Tomaselli sobre el momento en que mató a Carla fue «fingida».
Y para descalificar ese olvido temporal de Tomaselli, la Justicia se apoyó en la propia declaración de la madre del acusado, Rosa Muchiut. Se menciona que la mujer dijo que cuando su hijo salió de la habitación donde había matado a Carla, con el hijo de ambos en brazos, salió diciendo «ya está, ya está», y que cantaba «mi corazón está aliviado».
«Esas expresiones no son propias de alguien que acababa de matar a su esposa presa de una conmoción anímica de tal magnitud que produzca una amnesia como la alegada por Tomaselli. Son frases claramente reveladoras de alguien que anidaba la idea de matar en su mente, que albergaba un sentimiento de muerte en su espíritu», señalaron los jueces.
Y agregaron: «la actitud (de Tomaselli) de encender un cigarrillo y fumarlo, inmediatamente de cometido el crimen, y mientras de seguro esperaba que llegara la policía para detenerlo, no se compadece con un estado emocional que no le permite recordar lo sucedido, lo que relacionado con las frases pronunciadas por Tomaselli: ‘ya está, ya está’, ‘mi corazón está aliviado’ indican un sentimiento de cierta satisfacción por lo realizado».
Sobre el arma utilizada por Tomaselli para aplicarle 15 puñaladas a Carla Figueroa, los jueces precisaron: «Si el cuchillo utilizado fue el que la madre advirtió que faltaba el día anterior, o si ella lo dijo como una estrategia para salvar su responsabilidad, no es de importancia. Lo cierto es que Tomaselli llevó consigo un cuchillo a la habitación que utilizó para matar a Carla, y lo llevó con la intención de agredirla, pues no es normal que en los dormitorios se utilicen o guarden cuchillos, y dentro del contexto probatorio del caso todo indica que esa fue su intención, lo que también permite descartar la existencia de una situación imprevista y causante de la reacción homicida de Tomaselli».

«Constituir una familia».
Por la declaración de otros testigos, los jueces llegaron a la conclusión que Tomaselli «es una persona extremadamente violenta y agresiva». Se agrega en el fallo que Carla, no obstante haber sufrido el maltrato y la violencia de Tomaselli, «alentó la esperanza de poder reconstruir la pareja, convencida de que las cosas iban a cambiar, que iban a poder constituir una familia, y es así como lo perdonó».
A esa conclusión llegaron los tres jueces, al analizar los mensajes de texto que intercambió la víctima con una amiga y el propio Tomaselli. Aquella esperanza de Carla, a titulo de los jueces se resume en un mensaje enviado por ella el 20 de noviembre a una amiga, diez días antes de la noche en que fue asesinada.
Allí Carla escribió con relación a la violación a la que fue sometida por Tomaselli que «nada justifica lo que hizo, simplemente supe perdonar. Es un tema que creo nunca vamos a poder hablar juntas porque no lo entenderías y te entiendo.»
En otro mensaje de texto, Carla confiesa su amor profundo por Tomaselli. Escribió que era la persona que más amaba en la vida junto a su hijo. Y confesó que fue capaz de perdonar por amor y no «por locura» y que quería estar «junto a ellos», aunque sentía que su sueño de tener una familia se «derrumbaba».
Para los jueces, Carla era absolutamente incapaz de tener alguna expresión o actitud que pudiera contrariar a Tomaselli, «porque alentaba la ilusión que Tomaselli cambiara», y la ilusión que se haga realidad «el sueño» que le contó a su amiga, apenas diez días antes de su muerte. Por eso, en el fallo se afirma que «no cabe la más mínima duda que el estímulo emotivo que produjo la reacción criminal de Tomaselli nació pura y exclusivamente de su mente».

Mujer sigue visitándolo
Selene Palavecino, tanatóloga y estudiante de psicología social, y quien en algún momento apareció al lado de Marcelo Tomaselli como parte de un sostén psicológico, le dijo ayer a LA ARENA que continúa visitándolo en la cárcel. La joven aseguró que el día anterior a la lectura de la sentencia había estado con el acusado y que continuará con las visitas. “Está tranquilo y quiere cumplir con la condena”, dijo Palavecino, quien estuvo durante los dos días de juicio y ayer custodiada por la policía y se ubicó siempre en primera fila, cerca del condenado.

Un operativo con falencias
El inédito operativo de seguridad montado en tribunales para prevenir incidentes durante el juicio y la lectura de la sentencia, mostró ayer falencias. Numerosos integrantes del Grupo de Operaciones Especiales de la policía de La Pampa eran los encargados de custodiar a Marcelo Tomaselli y brindar prevención en la sala de audiencia.
El procedimiento contó con la supervisión de los propios jefes de la Unidad Regional II y había sido preparado con la debida anticipación en reuniones que mantuvo la policía con las autoridades judiciales.
A pesar de esa antelación y la cantidad de efectivos que se destinaron al juicio, ayer se vivió un momento de máxima tensión cuando el operativo fue burlado por algunas personas, que estaban en el público.
Uno de ellos, Cristian Reinoso, hermano de Carla Figueroa, pudo pasar entre los policías y golpeó a Tomaselli. Al lado estaba el defensor oficial, Walter Vaccaro, y a dos metros los jueces de Audiencia que no había salido aún de la sala y se vieron sorprendidos por la acción.
Otras personas pretendieron acercarse al acusado y casi lo logran. La pregunta que surgió con naturalidad es qué hubiera sucedido si algunos de los asistentes tenía en mente algún tipo de agresión mayor hacia Tomaselli.
No pocos medios mascullaron bronca por el celo puesto por la policía para fijar y limitar el espacio donde los periodistas, fotógrafos y camarógrafos debían trabajar, por «cuestiones de seguridad», pero no se pudo evitar la custodia adecuada del imputado.

 

fuente: http://www.laarena.com.ar/la_provincia-prision_perpetua_y_trompazo_para_tomaselli-77764-114.html