El presidente de la Comisión Provincial por la Memoria dio detalles de lo que sufrió a manos de Mazzoni, principalmente en la complicidad de este último en delitos de lesa humanidad. “Ahora estamos mejor porque la justicia va llegando”, señaló.

“Cuando yo fui detenido en mi casa por efectivos de la Policía y Gendarmería, (los expolicías) Gabino Manader y (José) Cardozo comenzaron los interrogatorios, los golpes y las torturas, todo ante la mirada pasiva de (el exfiscal Federal) Roberto Mazzoni que teóricamente tenía que garantizar mi seguridad física. No hizo nada y convalidó esos atropellos hacia mi persona. Yo en su momento lo denuncié. Ahora estamos mejor porque la justicia va llegando”.

El presidente de la Comisión por la Memoria Chaco y expreso político, Hugo Barúa, comentó a RADIO CIUDAD su traumática experiencia en relación a los hechos ilícitos por los cuales está siendo investigado Roberto Mazzoni, quien este lunes se entregó a la Justicia en el marco de la causa “Caballero Residual”.

Barúa remarcó que Mazzoni nunca investigó las denuncias por torturas y violaciones a los derechos humanos. Nunca investigó, y la Justicia siempre apañó en ese momento. Tengo una experiencia larga también con el tema de (el exjuez, Luís Ángel) Córdoba, que sería largo enumerar”, señaló.

“Fundamentalmente esto es la complicidad del Poder Judicial. Hasta el día de hoy persiguen a civiles que fueron cómplices de la dictadura militar y que cometieron los delitos de privación elegítima de la libertad, torturas y todo el paquete de violaciones a los derechos humanos”, añadió Barúa.

Cabe recordar que la denuncia de Barúa contra Mazzoni señala que el 9 de septiembre de 1975 fue detenido en su casa de Villa Centenario por un grupo de policías y gendarmes. Del procedimiento participaron los policías José Cardozo (fallecido impune) y Gabino Manader, y un gendarme “de apellido Sanchistella”.

Junto a ellos se encontraba el ex fiscal Mazzoni. Según Barúa entraron a su habitación Manader, Cardozo y Mazzoni y sacaron a su madre afuera. Luego empezó en la misma pieza la sesión de golpes y torturas. Manader y Cardozo lo golpeaban en distintas partes del cuerpo. Cardozo tenía la pistola en la mano y con ella lo golpeaba y ponía el caño en el ombligo de Barúa. La sesión de torturas duró más de quince minutos y luego lo llevaron a la Brigada, donde estuvo una semana detenido. Todo esto fue presenciado por Mazzoni quien sólo observaba, según el denunciante.

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