La mujer cipoleña a la que su pareja le tatuó con un cuchillo su nombre en un glúteo se presentó ante el juez Herrera.

CIPOLLETTI (AC).- La chica de 20 años que fue tatuada con un cuchillosolicitó la libertad de su pareja. Ayer se presentó ante el juez Gustavo Herrera y si bien no modificó su versión respecto de lo que ocurrió ya no está interesada en impulsar la investigación. Sorpresivamente, la víctima, que tiene una criatura de tres meses con el joven detenido, concurrió ayer temprano al juzgado 6 y pidió levantar la denuncia.

Ahora deberá tomar intervención el fiscal José Rodríguez Chazarreta, quien aún no fue notificado formalmente. Sin embargo, fuentes del Ministerio Público Fiscal sostuvieron que el criterio de todas las fiscalías es no consentir «principios de oportunidad» (perdón por parte de la víctima) ni acompañar decisiones que impliquen no investigar las denuncias, en este caso de violencia de género.

El miércoles de la semana pasada, la chica radicó la denuncia y le mostró al propio juez Herrera el tatuaje que el agresor le había hecho en la nalga a punta de cuchillo. Un médico forense constató que la víctima estaba golpeada y que en uno de sus glúteos decía «Aníbal», que es el nombre del detenido. Enseguida el fiscal José Rodríguez Chazarreta solicitó la captura del agresor y la Policía lo arrestó en el predio de la escuela primaria 53, de la calle Sarmiento.

El imputado vive en una casa contigua al colegio, que le fue otorgada en comodato a su padre, que es el portero del establecimiento. Al muchacho de 25 años lo indagaron y le imputaron «homicidio en grado de tentativa».

La víctima dijo en su declaración que la golpiza y el tatuaje fueron consecuencia de una larga noche de ingesta de alcohol, drogas y psicofármacos por parte del imputado.

Antecedentes de violencia

La pareja tenía antecedentes de violencia y por esos episodios intervino el Juzgado de Paz de Cipolletti. Además el acusado fue condenado anteriormente a prisión en suspenso por un delito contra la propiedad.

Dos días después de la primera denuncia, también se presentó en la Comisaría Cuarta la concubina del portero y describió nuevas situaciones de violencia. Dijo que tanto el padre como el hijo acostumbraban a golpear a las mujeres. Entonces, las autoridades judiciales también ordenaron la detención del hombre y le imputaron el delito de «amenazas agravadas» en «un hecho de características gravísimas dentro de la lógica de violencia de género».

El juez Herrera deberá ahora resolver la situación procesal tanto del padre como del hijo, que permanecen detenidos. Sin embargo, el desinterés de una de las víctimas por seguir adelante con la acusación modificó las circunstancias de la denuncia.