La inseguridad pública se ha incrementado de un modo alarmante, y el sistema judicial prosigue en una preocupante crisis. Al punto que el sistema penal de la provincia corre el riesgo de colapsar, porque los organismos tutelares de los internos no funcionan.
En materia carcelera, el consumo de estupefacientes es más que preocupante. En promedio, el 70 por ciento de los alojados en la cárcel consumen, consumieron o estuvieron bajos sus efectos al momento de cometer el delito por el que purgan una condena.
Con cuatro años recientemente cumplidos, el pasado mes de octubre, el Servicio Penitenciario de Miraflores está a punto de colapsar. La población carcelaria creció en cerca de un 30 por ciento en el último año, provocando que la capacidad de 512 internos -incluyendo las celdas de aislamiento y adaptación- esté cubierta en casi el 95 por ciento, y queden poco lugares disponibles, según funcionarios de la institución.
Como dato estadístico, las fuentes señalaron que son 482 los presos que alberga el sistema carcelario provincial, de los cuales 120 (el 25 %) están procesados y aguardan el juicio oral, mientras que solo 300 (63 %) cumplen condenas firmes. Los números hablan por sí mismos: en promedio, el 25 % está preso por hurto o robo; el 55 % por abuso sexual y el 15 % por homicidio o tentativa, y el resto por delitos federales (tenencia para su comercialización de estupefacientes) Sin embargo, el número más preocupante es el de la cantidad de procesados que se hallan en el penal, quienes son los que generaron, en el 2011, las causas mas importantes de revueltas.
Un hecho trágico ocurrió meses atrás, cuando un interno se encerró en la celda y prendió fuego al colchón. Tras algunos días de agonia, murió como consecuencia de las graves quemaduras padecidas.
Hay un psicólogo para 120 reclusos
El sistema carcelario de nuestra provincia sufre serias falencias desde su creación, según revelaron personas vinculadas con la unidad penitenciaria local.
En la cárcel de Capayán, el problema se refleja en el hecho de que, desde hace tiempo, los 482 internos disponen de cuatro psicólogos, los que trabajan de 8.00 a 13.00. La unidad carece de psiquiatra, es decir que hay un psicólogo para 120 reclusos.
Este único psicólogo es el encargado de realizar los diagnósticos que requieren los jueces para resolver los pedidos de licencia extramuros de los reclusos.
Esta situación lleva a que existan al menos una veintena de internos que no pueden gozar de la libertad extramuros, pese a reunir el tiempo (cumplida más del 50% de la condena) y la forma (conducta y otros requisitos) que se exige legalmente.

Fuente: http://www.launiondigital.com.ar/diario/2012/01/03/nota_69603.html