Con una severa autocrítica a la Justicia penal platense, en la que se reclamó «menos compromiso con las ideologías» y más obligación «con la verdad», un tribunal oral en lo criminal absolvió ayer de culpa y cargo, por el beneficio de la duda, a un abuelo que estuvo más de tres años preso bajo sospecha de haber abusado sexualmente de su nieta de 6 años.

El juez Ernesto Domenech, en su voto, que contó con la adhesión de sus colegas del Tribunal III, Florencia Butiérrez y María Isabel Martiarena, concluyó que el imputado fue denunciado en medio de un severo conflicto familiar judicial por la tenencia de la niña, y advirtió que la menor «pudo haber mentido», en el marco de las presiones familiares que sufrió.

También indicó que «la información que brindó la niña (mal provocada y recibida) impide tomarla como información inequívoca».

Por ello entendió que el imputado, un embarcado de 62 años, debe ser beneficiado con el principio jurídico que establece que «en caso de duda debe estarse en favor del imputado».

En este debate la fiscal de juicio Rosalía Sánchez había dado por acreditado que la menor fue abusada cuando vivía en su casa de Posadas, Misiones, y que dos años después fue violada por la misma persona (su abuelo materno), en una casa de Berisso.

Si bien, en el debate, peritos y médicos que atendieron a la menor concluyeron que la niña podría haber sido víctima de abusos, el Tribunal criticó la forma en que se realizó la investigación.

«El saber de los expertos, sin controles, usados como instrumento de poder, puede llegar a ser dogmático y tiránico», destacó el juez Domenech en su voto.

También se tomó en cuenta que en el caso de los abusos en Misiones, el imputado por entonces habría estado embarcado, según la prueba documental aportada en la causa por la defensa, que no fue corroborada por los investigadores judiciales.

El magistrado explicó que a la menor «no se le proveyeron los lugares de escuchas adecuados, en los que pudiese ser más espontánea y libre», ni se «adoptaron los recaudos para garantizar el contralor mínimo de las pruebas y su reproducibilidad en el debate».

AUTOCRITICA

La doctora Butiérrez fue más allá de los severos cuestionamientos de su colega a la instrucción de la causa y pronunció una dura autocrítica: «Cuando una niña ha sufrido tanto y una persona transcurre más de tres años privado de libertad, con todos los dolores físicos y psíquicos que ello implica, y luego se lo declara inocente, solo queda en la boca el resabio de un sabor amargo, la triste sensación de que de manera alguna pudo impartirse justicia».

La magistrada también destacó que «es la culpa de todos los que participamos de un proceso como el presente. De nuestras miradas sesgadas o livianas, de los que enarbolan banderas y se embarcan en luchas prejuiciosas sin mirar que quizás están haciendo daño, que se equivocan, de los apurados y de los imprudentes que no se atreven aunque sea un instante a mirar más allá de la superficie, a pensar un poco más, comprometiéndose no con las ideologías, sino con la verdad»

Fuente: http://www.eldia.com.ar/movil/nota_movil.aspx?Idn=359142