http://www.youtube.com/watch?v=cxBHtoOpb-o&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=UsjcmRLOsvs&feature=player_embedded
Para ingresar a la secta “Los Maras deCentroamérica”, una banda criminal organizada en el mundo, se debe matar a un familiar directo, sea padre o madre. Esta prueba lo hizo un joven en contra de su progenitor hace un año, a exigencia de los líderes de dicha banda de delincuentes para su incorporación al referido grupo.

En efecto, estos líderes ya se encuentran en el Perú y están en proceso de reclutamiento de “mareros”.
Según fuentes cercanas a EL MEN, hace varios años estaría en la capital un sujeto conocido como “El Panameño” o “El Mara” y sería de estatura baja y calvo. Este sujeto tendría un puesto en el mercado El Hueco, en el centro de Lima, donde vende videos pornográficos.
“El Panameño” se dirige constantemente a los conos de Lima para formar gente, la mayoría de ellos menores de edad, a fin de que sean parte de su banda. Además, según nos informan, este criminal evalúa los movimientos que se realizan en la capital y de esa forma ubica el lugar para realizar sus actos delincuenciales. Este sujeto habría llegado hace un mes y hoy se ven los primeros resultados.
“Marero” capturado
Raúl Barrientos Quiroz (19) asesinó a su padre de un disparo en la cabeza el 25 de mayo del 2011. Luego de este crimen, que fue el “bautizo” para ingresar a la secta “Mara”, se tatuó en la parte inferior del labio las sigas “MSX3”, que lo identifican como un nuevo miembro. Los tatuajes delatan el rango del marero, es decir, a más tatuajes, más asesinatos tiene en su haber.
El joven criminal fue capturado el sábado por la Policía Nacional en el Callao y contó sin ningún remordimiento que el asesinato de su padre fue para adquirir mayor respeto y jerarquía en la secta.
En todo el mundo
Los Maras de Centroamérica son pandillas juveniles que se armaron en Los Angeles (EE.UU.) y se ramificaron por Centroamérica. Ahora ya se han esparcido en Ecuador y Perú, Australia y el Líbano. Estos jóvenes fluctúan entre 14 hasta 30 o más años, carecen de oportunidades laborales y educación, motivo por el cual se sienten excluidos en sus países. La situación se agrava, pues también consumen drogas como el crack, marihuana, pegamento o inhalantes, heroína y otras.

Este grupo tiene una capacidad de expansión y regeneración rápida, así como un culto de la violencia extrema y actos rituales salvajes.
Fuente: http://seguridadtungasuca.blogspot.com/