A los 19 años de edad, Sergio, un brasileño de clase baja del estado de Bahía, debió pasar dos años de su vida preso condenado por tráfico de drogas después de que la policía lo detuvo en la calle con unos gramos de marihuana y algo de dinero en efectivo.

Sergio carecía de antecedentes penales y aseguró que el dinero lo había obtenido de la venta de una bicicleta suya para comprar la droga sólo para consumo personal, un hábito que tenía desde hacía un par de años.

El fiscal aceptó que se trataba apenas de un consumidor, pero el juez discrepó y lo envió tras las rejas como narcotraficante, en parte porque la hierba estaba separada en pequeñas cantidades aunque el único testimonio era de la policía y faltaba evidencia de vínculos con una banda criminal.

Este relato está incluido en un clicnuevo sitio en internetlanzado en Brasil para reunir datos de lo que sus creadores, abogados y activistas, sostienen que son injusticias cometidas en el marco de la «guerra contra las drogas».

«Este caso demuestra que es falsa la idea de que en Brasil no se arrestan consumidores de drogas», afirma el sitio y pregunta: «¿Cómo habrá sido la vida de este joven de 19 años, que nunca había cometido un delito, después de pasar dos años preso en contacto con todas las organizaciones criminales existentes en la cárcel?».

«Asusta»

El sitio «Banco de Injusticias» fue lanzado el mes pasado para «que las personas entiendan que la ley actual es muy injusta: provoca prisiones de personas que no deberían estar presas», sostuvo su coordinador, Pedro Abramovay, exsecretario brasileño de Políticas sobre las Drogas.

Pedro Abramovay fue una de las primeras bajas en el gobierno de Dilma Rousseff.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Comisión Brasileña sobre Drogas y Democracia, integrada por diversas personalidades que promueven una reflexión sobre este tema, y la Asociación Nacional de Defensores Públicos.

«El objetivo es sensibilizar a la sociedad para que haya un cambio en la política de drogas (y) esa política no refleje la idea de guerra a las drogas, que fue claramente equivocada en el mundo entero», le dijo Abramovay a BBC Mundo.

El sitio apunta especialmente contra una ley de drogas aprobada en 2006 en Brasil bajo la idea generalizada de que era una iniciativa liberal porque en teoría eliminaba las penas de prisión para los consumidores.

No obstante, Abramovay dijo que en la práctica la ley tuvo el efecto contrario: «Hay un aumento del número de prisiones vinculadas a las drogas que asusta», indicó este profesor de derecho de la Fundación Getúlio Vargas.

Como ejemplo, citó estadísticas según las cuales entre fines de 2007 y fines de 2010, el número de presos en Brasil por delitos relacionados con narcóticos aumentó 62%, mientras que por otros delitos sólo subió 8%.

«El objetivo es sensibilizar a la sociedad para que haya un cambio en la política de drogas (y) esa política no refleje la idea de guerra a las drogas, que fue claramente equivocada en el mundo entero.»

Pedro Abramovay, exsecretario de Políticas sobre las Drogas.

Las cifras oficiales señalan que hasta diciembre de 2010 Brasil tenía 106.000 personas presas por causas de drogas.

Abramovay sostiene que muchos de esos individuos estaban desarmados al momento de su detención y carecían de antecedentes. «No es la idea de que están aprehendiendo a grandes traficantes», comentó.

Cambio, ¿sí o no?

BBC Mundo intentó conocer la opinión del Ministerio de Justicia sobre esta iniciativa, pero su oficina de prensa respondió que la cartera gubernamental «no va a comentar» al respecto.

El propio Abramovay ocupó en el pasado cargos en ese ministerio, como secretario nacional de Justicia y luego en la oficina de Políticas sobre las Drogas.

Este último cargo lo dejó poco después de asumirlo, en medio de una polémica por haber defendido penas alternativas a la cárcel para los reos primarios que estén en una situación intermedia entre consumidores y traficantes de drogas.

Esa posibilidad fue descartada por el ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, y Abramovay fue una de las primeras bajas relevantes del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, hace casi un año.

No obstante, en algunas partes de Brasil se están buscando alternativas prácticas a la clásica política de combate frontal a las drogas.

Las autoridades de Río de Janeiro han instalado 18 Unidades de Policía Pacificadora (UPPs) en favelas que estaban dominadas por narcos armados, para reducir el control territorial de estos grupos pero aceptando que la venta y el consumo de drogas ilegales continuará.

El debate

Abramovay recordó que el presidente colombiano Juan Manuel Santos se mostró abierto a discutir la legalización.

Abramovay dijo que aparte del sitio en internet este año trabajará en la redacción de un proyecto de ley alternativo sobre las drogas para presentar al Congreso.

Aunque indicó que su objetivo es que el consumo de estupefacientes quede definitivamente fuera del derecho penal, sostuvo que el tema de la legalización de las drogas requiere un debate amplio.

«Hoy existe un espacio en la sociedad para debatir el tema», aseguró y recordó que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se ha declarado abierto a que se discuta la legalización de drogas para acabar con la violencia del narcotráfico.

La Comisión Global de Políticas sobre Drogas, integrada por los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México), y César Gaviria (Colombia), reclamó en junio reconocer que la «guerra» a los narcóticos fracasó y considerar la legalización de la marihuana y quizás otras sustancias.

«América Latina tal vez sea el continente que más sufre las consecuencias injustas de esa guerra a las drogas», dijo Abramovay. «Por lo tanto, América Latina puede y debe tener un papel de liderazgo para lograr un cambio en la política».

 

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/02/120131_guerra_drogas_brasil_bd_tsb.shtml