Dos hechos con gran impacto a nivel nacional tuvieron a  niños como principales víctimas. Se puso la atención sobre Catamarca.

Si los chicos aprenden lo que viven, ¿qué legado reciben aquellos niños que hoy viven en un ambiente violento? Se trata de víctimas a quien se debe proteger. A finales del mes de febrero, en Catamarca, la noticia de una niña de 8 años que supuestamente había acuchillado a su padre, quien estaba golpeando a su esposa y madre de la nena, se publicó en distintos medios. A la semana siguiente, otra noticia puso a esta provincia nuevamente en tela de juicio: un padre, en diciembre pasado, había obligado a su hijo de 11 años, a permanecer encerrado en su habitación, sin permiso de salir a la calle. La medida había sido impuesta porque el niño no había tenido un buen rendimiento escolar.

El primer caso, el de la nena, fue motivo de análisis, por diversos medios, desde distintos puntos de vista. El escenario descripto por fuentes policiales era terrible; un hombre que golpeaba salvajemente a su esposa y una niña que, dispuesta a defender a su madre, decide tomar un cuchillo de mesa, tipo Tramontina, para asestarle al menos 3 puñaladas en el brazo. Vecinos alertados por los gritos dieron aviso a la Policía, que intervino rápidamente. La situación es crítica, se trataría de una niña que convive en un ambiente violento y, por lo tanto para ella se debe poner en funcionamiento el Sistema de Protección Integral.

La noticia recorrió el país y abrió el debate. La Dirección de Infancia y Adolescencia del Ministerio de Desarrollo Social conformó un dispositivo para intervenir en este caso. Si bien desde la Comisaría segunda se indicó el domicilio de la familia de esta niña, el equipo jamás encontró la casa; se preguntó a los vecinos –quienes supuestamente habían dado participación a la Policía cuando sucedió el hecho de sangre- pero nadie conocía a nadie. En tanto desde la Unidad Judicial de Delitos Correccionales trascendió que jamás fueron notificados sobre el ingreso a la Guardia del Hospital San Juan Bautista de un paciente herido con arma blanca. La niña que había apuñalado a su padre para defender a su madre de una golpiza era un misterio.

A la semana siguiente, el otro caso resonó con fuerza. Un padre había castigado a su hijo porque no le había ido bien en la escuela. Por su falta, el hombre decidió encerrarlo en su habitación. Sólo podía deambular por la casa pero no salir a la calle a jugar con sus amigos. Por una llamada anónima a la Línea 102 de Ayuda al Niño, la Dirección de Infancia y Adolescencia tomó conocimiento de esa situación e intervino.

Clara Dahbar, directora de Niñez y Adolescencia, informó que el niño se encontraba privado de la libertad en su propio hogar, por parte de una acción del padre. “La mamá también estaba en esa situación, de manera pasiva, sumisa. Aparentemente era un castigo impuesto por el papá, debido al rendimiento escolar del niño. El nene estaba en una habitación donde transcurría su vida desde diciembre. Estaba privado de la libertad en su propia habitación. Los últimos 3 meses los pasó, literalmente encerrado”, precisó.

Según la Directora, el padre del niño consideraba que su actitud era correcta, ante la ‘falta’ cometida. “No lo consideraba como un castigo desmedido”, remarcó. Desde la Dirección se dio intervención a la Unidad Fiscal de Delitos Correccionales. En cuanto al mecanismo de protección con el que se interviene en este caso, Dahbar comentó que se realiza una intervención de manera interdisciplinaria con el ingreso a una institución acorde para su edad. Al mismo tiempo, se sigue un trabajo con el niño y con su grupo familiar. Se trata de un abordaje multidisciplinario con énfasis en el aspecto psicológico. También se corroborará si hubo daños físicos. Además, se va a tratar de revincular al niño con su familia o con otros referentes familiares.

Más casos

Desde agosto de 2012, por medio de la Ley Provincial 5292, la competencia asistencial de la Justicia de Menores fue girada a la órbita de la cartera social. De este modo, se dio cumplimiento a la Ley Nacional 26061 y al año siguiente, en noviembre último, Catamarca puso en vigencia su propia Ley 5357 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. Desde entonces, todos los casos de vulneración de derechos son abordados por la Dirección de Infancia y Adolescencia.

Según datos del Sistema Integrado de Infancia sobre Políticas Públicas de Niñez, Adolescencia y Familia, en 2012 (a partir de agosto de ese año), se detectaron 426 casos. En 2013, hubo un total de 1942 intervenciones y en los primeros dos meses del corriente año, se detectaron 126 casos de vulneración de derechos. Es decir, en un año y medio se registraron 2494 casos de niños, niñas y adolescentes cuyos derechos eran quebrantado.

Muchas de estas situaciones se dieron a conocer por medios de denuncias anónimas a la Línea 102 de Protección al Niño.

Prevención

La protección de los niños, niñas y adolescentes de toda forma de violencia no es sólo una necesidad para mejorar su calidad de vida en el presente y en el futuro. En este sentido, la Observación General N° 11, de la Comisión de los Derechos del Niño, en 2011 puso énfasis en el derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia.

De este modo queda estipulado que la violencia contra los niños jamás es justificable; toda violencia contra los niños se puede prevenir. Se entiende por violencia a toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual.

Esta Observación advierte que los niños que no han sufrido violencia y crecen en forma saludable son menos propensos a actuar de manera violenta, tanto en su infancia como en su vida adulta. La prevención de la violencia es una generación reduce su probabilidad en la siguiente.

 

 

http://www.agencia-anita.com.ar/index.php/derechos/785-ninos-que-sufren-violencia