El capellán auxiliar del complejo San Felipe, Roberto Juárez, aseguró que el proyecto de ley que restringe las salidas transitorias de los presos es un “gran retroceso” que no solucionará el problema de la inseguridad.

Juárez consideró irracional que los senadores y diputados legislen en base a informes y a estadísticas, sin conocer la realidad detrás de los muros, más que a través de las visitas en las que son acompañados por un aparato de seguridad, que impide cualquier visión realista.

 

Hace siete años, que el cura Roberto Juárez acompaña a los internos.

 

El proyecto del diputado radical, Luis Petri, prevé restringir la salida transitoria de las personas privadas de libertad y ya cuenta con media sanción de la cámara baja. Ahora está siendo analizado por integrantes de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales del Senado.

Juárez, que llegó a la penitenciaría de Boulogne Sur Mer de la mano del cura Jorge Contreras, se transformó hace siete años en capellán. Primero –contó- con una gran ingenuidad y luego entendiendo que las múltiples notas que envió a funcionarios y a los integrantes de la Comisión Bicameral de Seguridad, nunca surtirían efecto.

“Hasta el año pasado hacía escritos a la Bicameral, a la Justicia, a gente del Ejecutivo y eso me insumía trabajo,  tiempo, reflexión, pero si no hay un retorno, un compromiso, dije bueno, lo que tengo que hacer es ponerme a trabajar en el día a día, ver qué puedo hacer en este camino tan duro por la persona que tengo adelante”.

De aprobarse la iniciativa, la misma afectaría a unos 500 internos que están en contacto permanente con Juárez, que son los que se encuentran en San Felipe, en fase de confianza.

Una propuesta a partir del temor

Si hay algo que el cura Juárez no tiene es una visión romántica de los internos. Sabe que muchos de ellos cometieron crímenes aberrantes, pero sostiene que encerrarlos de por vida sólo generará más odio y resentimiento.

 

Juárez consideró irracional que se legisle sin conocer la realidad de los internos.

 

El sacerdote cree que el proyecto nació a partir del temor que produjo hechos aberrantes, sentimiento que comprende y define como lógico en los familiares de las víctimas. Pero frente a este entendible dolor de los que perdieron a un ser querido, el cura consideró irracional que los legisladores partan de una postura emotiva, sin tener en cuenta qué es mejor para la sociedad.

El cura advirtió que su visión del problema de la inseguridad es limitada, porque no es un especialista, pero al mismo tiempo la consideró privilegiada, ya que transita a diario los pabellones.

Uno de los aspectos que Juárez consideró más grave es dejar sin efecto  la ley nº 24660, que prevé facilitar la reinserción social de los internos y la autorización de los egresos transitorios, sin hacer una evaluación serie de cómo se implementó, cuáles son las falencias y los aciertos. Para el sacerdote, no existió voluntad de poner en marcha las políticas previstas en la norma.

 

 

El cura consideró grave la situación de los agentes que están con los internos.

 

Entonces –dijo- no hay que escandalizarse cuando los internos que salen vuelven a su grupo y a las mismas actividades delictivas.

Pero más que ninguna otra cosa, el cura consideró grave la imposibilidad de poner en marcha una política seria a largo plazo, que se sostenga  sin importar quién gobierne y que sea auditada por organismos externos o universidades.

Una oportunidad perdida

El capellán dijo que se perdió una nueva oportunidad de instaurar un debate serio sobre la inseguridad, en el que todos estemos implicados. Está convencido que las medidas como la planteada en el proyecto de ley, sólo generarán más marginalidad, fragmentación y un daño social enorme a futuro.

 

El cura recorre los pabellones de San Felipe.

 

Para Juárez es necesario que la sociedad sea honesta respecto de este tema. “Si pensamos que estas personas ya no merecen vivir, bueno que legislen la pena de muerte, es más piadoso que tenerlos encerrados y degradándose como seres humanos, me toca ser testigo de esa degradación”, aseguró.

Dijo que la situación no sólo afecta a los internos, sino también a los agentes que están en los módulos, en contacto directo con los internos, sin la preparación adecuada para realizar una tarea tan compleja.

El sacerdote contó que la información sobre el proyecto de ley generó gran desesperanza hacia el interior del penal y también inquietud entre los profesionales que trabajan en el lugar.
Frente a esta realidad, el sacerdote sigue tratando de acompañar a los internos.

“Personalmente, como sacerdote,  me ha ayudado mucho ver lo desquiciado del mensaje de Cristo, porque si yo tuviera que elegir morir lo haría rodeado de mis afectos y no de delincuentes, pero él lo eligió así,  terminó su vida entre ellos”.

 

fuente http://www.mdzol.com/mdz/nota/408987-para-el-capellan-de-la-carcel-es-un-gran-retroceso-el-proyecto-que-limita-la-salida-de-internos/