Lo que se dice y lo que se oculta. La obligación fiscal de acreditar el peligro procesal. Algunas lecturas que no vienen nada mal. Y dale con la paz social.

tapaTenemos un nuevo barullo mediático con la reciente liberación de un hombre acusado de abuso sexual (aquí). Jorge Sapag se debe estar frotando las manos: con esta clase de informaciones, aumentan la presión sobre la Legislatura para que se apruebe su proyecto para endurecer la prisión preventiva.

El fiscal jefe Rómulo Patti pidió la prisión preventiva del imputado basado en la gravedad del hecho que supuestamente cometió. Fue su único argumento.

Según el Código Procesal vigente desde el 14 de enero:

La prisión preventiva sólo procederá cuando las demás medidas de coerción fueren insuficientes para asegurar los fines del procedimiento.

Se podrá aplicar la prisión preventiva, siempre que el fiscal o el querellante acrediten los siguientes requisitos:

1) Que existan elementos de convicción  para sostener que el delito se cometió.

2) Que existan elementos de convicción suficientes para considerar, razonablemente, que el imputado es autor o partícipe de un delito; y

3) Que se demuestre que la medida resulta indispensable por presumir que aquél no se someterá al procedimiento u obstaculizará la investigación.

Es decir, la causal invocada por el fiscal no figura en el Código Procesal Neuquino. Pero además, fue expresamente rechazada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (ver la cita en este dictamen).

Y el fiscal Patti no acreditó (es decir, no ofreció pruebas) para fundamentar dónde está el peligro procesal. Sólo invocó la gravedad del delito cometido, y la suposición de que el imputado se fugará para eludir el cumplimiento de una pena alta.

Por otra parte, en alguna de las notas periodísticas se cita como precedente el caso de un joven liberado luego de la agresión a una mujer mayor de edad, sin consignar que el imputado nunca se fugó. Fue condenado, a los 3 meses de ocurrido el hecho, a 9 años de prisión.

Es decir, ahora está preso y no de manera preventiva, sino con condena firme.

Mientras los fiscales sigan midiendo su productividad por la cantidad de preventivas y condenas que logran, y mientras el periodismo no informe con más rigor, nos seguiremos encontrando con titulares como los de hoy.