El ecosistema judicial -ya sea en una situación de juicio o cualquier acto que tenga que ver con ir a hablar con una “autoridad” de la Justicia- es prácticamente una analogía de la vida misma y conforma una pirámide en la que el grado de importancia de los sujetos está dado claramente.

En la cima están los magistrados, luego vienen los fiscales, los abogados de las partes, los testigos y por último los llamados imputados, quienes están allí para ver que otros decidan su suerte.

También están los secretarios y los que sirven agua, pero esos hacen las veces de actores de reparto. En esta situación, donde se pone en juego mucho más de lo que parece (la libertad, el dinero y el destino de personas), no todo es solemnidad ni ceños fruncidos.

Como en todo ámbito donde se juntan más de dos personas, el humor puede aflorar. Y de hecho aflora en esas salas tan impersonales donde se puede llorar tanto o más que en una maternidad de hospital.

A continuación, una serie de estas situaciones narradas por gente que tiene que pisar ese ámbito tal vez porque es de su agrado (como jueces, abogados, policías) y gente que lo tiene que hacer por obligación y muy a su pesar (como los testigos y los sospechados).

POCO TIEMPO

Miguel Barloa, a uno de los jueces durante el juicio por el motín de la Vendimia realizado en 2008. Barloa fue el único condenado por ese caso.

-¿Usted a qué se dedica?
-Soy preso.
-Sí, pero cuando no está preso a qué se dedica.
-Al delito
-¿Cómo al delito?
-Sí, tengo 43 años y estuve 18 preso. El poco tiempo que he estado en libertad no me alcanzó para ser comerciante o empresario…

¿LA MADRE TERESA?

La relatora del debate leyó todos los cargos contra Hugo “La Garza” Sosa por el asalto a un blindado donde hubo muertos ocurrido en La Reja (Moreno Buenos Aires, 1994).
Al final del debate, cuando se les preguntó a los acusados si tenían algo para decir, Sosa pidió la palabra.

-Sé que no soy la Madre Teresa de Calcuta, ¡¡¡pero tampoco hice todo lo que dijo la señora (por la relatora)!!!

Sosa fue condenado.

QUEDA CLARO

Debate por homicidio de un hombre a la salida de una disco. La testigo es interrogada por uno de los magistrados.

-¿A qué se dedica?
-Trabajo en la calle
-¿En la calle?
-Sí, hago la calle…
-¿Trabaja en la calle?
-Sí.
-¿Cómo?, ¿en una calle?
-Soy prostituta, juez.

CONFUNDIDO

Situación en un juicio por robo agravado; el testigo en el momento de ser interrogado por uno de los jueces:

-Su nombre por favor….
-Rogelio Navarro
-¿Nacionalidad?
-Argentino.
-¿Qué día nació?
-No estoy seguro, pero creo que fue un martes….

UNA, SÍ; DOS, NO

Una mujer que intentaba poner en orden los papeles de sus cuatro hijos para recibir el correspondiente salario familiar, llegó hasta Defensoría de Menores con las respectivas partidas de nacimiento.

Quien tenía que labrar el acta, le pide a la mujer los nombres y los apellidos de los niños; es decir de sus hijos.

-Sí, cómo no -dijo la mujer.
-Dígame…
-Rodrigo Vázquez, Andrea Balmes, Rocío Torres y Mariela Cacciavillani…
-Bueno -dijo el que labraba el acta-, todos tienen distintos apellidos…
-Vea joven, yo soy una mujer muy buena, pero el hombre que me jode una vez, no me jode dos veces…

PERROS TRISTES

Un juicio se desarrollaba con normalidad cuando de repente se escucharon los ladridos de perros que hicieron imposible oír lo que se decía en la sala de audiencias. Esto obligó al presidente del tribunal a detener el juicio y pedirle al secretario que averiguara qué pasaba.
Uno de los abogados que estaba en la sala arriesgó:
-Es que en otro tribunal acaban de condenar al “Perro” Videla, señor juez.

MUY COQUETA

Sucedió en un Juzgado Correccional luego de una trifulca entre vecinos. Los testigos incluían a una mujer que era conocida por su coquetería en el barrio de Palmira donde ocurrió la pelea. Pero no tenía experiencia en eso de declarar.

Por eso, cuando uno de los jueces le hizo conocer las penalidades para el falso testimonio la señora coqueta se inquietó un poco.

Le hicieron las preguntas de rigor hasta que llegaron a un ítem que le molestó.

-Su edad, por favor.
-Cuarenta… -respondió con timidez la señora.
Los jueces, incrédulos, la miraron fijamente.
-… y nueve -cerró.

EL PERRO VAGO

Durante un debate por el homicidio de un joven que antes de ser hallado muerto estuvo desaparecido, llegó el turno de un oficial de policía de la Sección Canes. Habló en calidad de testigo.

-Su nombre -preguntó el juez.
-Oficial Ramiro Pavez
-¿Usted participó en la búsqueda?
-Sí, con el can Fito.
-¿Con quién?
-Con Fito, el perro, nuestro perro.
-Ah, ¿y cómo le fue?
-Mal, usted sabe cómo es Fito…
-No lo sé, ¿cómo es Fito?
-Si tiene ganas de trabajar, trabaja y si no, no hace nada, todos lo conocen a Fito. Bueno, esa mañana el perro no tenía ganas de trabajar; será por eso que no nos guió hasta el objetivo. Ahora, ¡¡¡cuando quiere laburar, puede seguir hasta el vuelo de una mosca!!!

Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2012/4/22/conste-actas-637773.asp