Según informó en su página oficial la gobernación cordobesa, tanto Paredes como Frías presentaron sus respectivas renuncias, las que están siendo analizadas por el mandatario provincial. Las dimisiones son consecuencia de la detención de cinco policías de Drogas Peligrosas que están siendo investigados por sus presuntos vínculos con narcotraficantes.

En los fundamentos de su renuncia Frías sostuvo que «los hechos que se están investigando judicialmente, están circunscritos a la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico, pero están pretendiendo utilizarlos para involucrar a toda la institución policial». La cartera de Seguridad será ocupada provisoriamente por el jefe de Gabinete, Oscar González.

En tanto, De la Sota envió al Parlamento provincial un proyecto de ley para que la designación del jefe de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico pase por un sistema de audiencia pública y que luego deba ser aprobada por la Legislatura.

El Gobernador sostuvo que “la Provincia se preocupa para hacerle la vida imposible a los narcos» y agregó que «si hay policías que no actuaron correctamente, me parece muy bien que la Justicia actúe hasta el final y se determinen las responsabilidades”. Además, declaró que «pareciera que el flagelo mundial de la droga es la Argentina tiene colores políticos y sólo aparece en las provincias que tienen una posición independiente como es el caso de Santa Fe o Córdoba»

Hasta el momento son ocho los policías imputados por el fiscal federal, Enrique Senestrari por la presunta vinculación con narcotraficantes, ya que a los cinco que se encuentran detenidos, se sumaron en las últimas horas otros tres efectivos. Entre ellos se encuentra el comisario mayor retirado Mario Nieto, quien hasta el año pasado se desempeñaba como jefe de Drogas Peligrosas, cargo en el que fue reemplazado por Rafael Sosa, también detenido. En tanto, no se informó sobre la identidad de los dos restantes, aunque fuentes judiciales indicaron que se trataría de dos efectivos que prestan servicio en la división de Robos y Hurtos, y que estarían vinculados al secuestro de uno de los dueños del boliche Palmira del Cerro de las Rosas, en cuya investigación participó Sosa y por lo que también es investigado.

Los ocho efectivos, cinco de ellos detenidos desde anoche en la cárcel de Bouwer, están imputados por los delitos de asociación ilícita, violación de los deberes de funcionario público, falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad, esto último por supuestas detenciones ilegales.

Los detenidos son el exjefe de la Dirección de Drogas Peligrosas, comisario mayor Rafael Sosa; el comisario Alfredo Saine; el oficial inspector Franco Argello; el sargento Fabián César Peralta Dáttoli y el suboficial Mario Osorio.

Tras la solicitud de carpeta médica por parte del segundo jefe de Drogas Peligrosas de la Policía de Córdoba, Daniel Gregorio Nis, la Dirección General de la Lucha contra el Narcotráfico quedó a cargo del director general de Investigaciones Criminales, Nelson Carrizo.

Luego de que el juez federal, Ricardo Bustos Fierro, les leyera la acusación a lo sdetenidos, Sosa pidió declarar y señaló que el «arrepentido» Juan «El Francés» Viarnes -cuyo testimonio en un programa de televisión fue el puntapié inicial del caso-, era sólo un informante que no tenía un rol activo. El resto de los acusados se abstuvo de declarar.

La presunta vinculación de policías cordobeses con el negocio del narcotráfico se conoció la semana pasada por el testimonio del «colaborador policial encubierto» al programa ADN del Canal 10, de la Universidad Nacional de Córdoba, lo que motivó al fiscal Senestrari a acelerar la investigación que ya estaba en marcha.

Viarnes, en calidad de «arrepentido», denunció que varios jefes policiales tenían vínculos con narcotraficantes, quienes pasarían información a cambio de ser retribuidos con parte de los estupefacientes secuestrados en operativos antidrogas.

 

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