APU: Decías lo de la agremiación. Siempre hay una discusión en torno a eso. ¿Cuál es tu opinión? ¿Debería existir en el caso de las policías?    

Marcelo Saín: Sí. Una aclaración previa es hay algunos retirados…porque generalmente los policías, cuando son jóvenes, son reformistas. Cuando ya están llegando a la cúpula se convierten en conservadores. Y después cuando se retiran, algunos vuelven a ser reformistas. Pero cuando tienen el poder para hacer algo, son conservadores. Eso es lo importante. Muchos de esos viejos retirados ahora empiezan a hablar de gremios, de agremiación, de sindicato, etc. Pero dentro del ambiente policial de retirados y muchos en actividad, muchos rechazan la idea de la sindicalización por una cuestión cultural: nosotros no somos negros. Nosotros no somos trabajadores, por ende el sindicato es de trabajadores y de morochos. Nosotros somos policías. Este es un fenómeno social bastante viejo en la Argentina. Los maestros en el primer peronismo, en el peronismo clásico: no, nosotros somos clase media. El sindicato es para los sectores populares. Nosotros nos diferenciamos socialmente no sindicalizándonos. Los médicos en la actualidad. Muchos están muertos de hambre, pero ni en pedo se van a sindicalizar. Hay todo un espíritu de que la policía no tiene nada que ver con un sindicato. Todo lo contrario. Te diría que hasta casi son una hipótesis de trabajo y de control históricamente los sindicatos. ¿Cómo nosotros nos vamos a igualar a aquellos a los que siempre hemos cagado a palos? Otros están de acuerdo con la sindicalización, pero creen que la sindicalización es una organización autónoma de policías en actividad y retirados. Lo que la mayoría no entiende, de aquellos que son partidarios de la sindicalización, es que cuando nosotros proclamamos la agremiación y el derecho de agremiación estamos hablando de la aplicación de la ley de asociaciones profesionales. Es ir a la CGT o a la CTA. Construir un sindicato con personería gremial y con un conjunto de normas reglamentarias, que tienen que ver –reitero- con la aplicación de todas las normas de la ley de asociaciones profesionales. Eso es sindicalizarse.

APU: ¿La ley se los permite?

MS: No, hoy  no. Necesitamos una reforma normativa para que eso sea posible. Nosotros estamos trabajando en la provincia de Buenos Aires. Pero esta es una primera aclaración. Cuando nosotros hablamos de sindicalización estamos hablando de OIT, las normas que recomienda OIT, la ley de asociaciones profesionales y las reformas legales que permitan la agremiación con las limitaciones del caso. Como los médicos o el personal sanitario no pueden hacer una medida de fuerza en determinadas actividades y áreas de trabajo, como puede ser una guardia hospitalaria, tampoco la policía podrá hacer huelga. Hay otras formas de protesta social. Pero más allá de esas regulaciones, la sindicalización tiene que ver en el derecho a la asociación, que además es constitucional en nuestro país, a los efectos de articular y defender los intereses laborales. Esto significa culturalmente convertir a los policías en trabajadores estatales. Esto va a llevar mucho tiempo.

Hecha esta aclaración de cómo entendemos la sindicalización, yo creo que el cambio hacia la sindicalización policial tiene que estar dentro del marco de lo que sería un proceso de laboralización del trabajo policial, que debería comprometer otros cambios o concomitantes o anteriores a este. Y que tienen que ver con esto que yo te señalaba anteriormente, el cambio en la profesión policial, en la carrera de las policías. Las matrices de carreras son muy discutidas, analizadas y estudiadas en lo que son estudios administrativos y organizacionales, a nivel de empresas privadas y a nivel de lo que es el andamiaje de las políticas públicas, la gestión administrativa organizacional pública. Estos estudios no entraron a la policía. La policía se maneja con los criterios del siglo XIX    de lo que es una carrera policial, muy parecida a las careras militares, pero del siglo XIX, ni siquiera las más modernas de los ejércitos más modernos. No hay especialización. Hay rotación de personal multifacéticamente. Son todas para arriba las carreras. No hay aplanamiento funcional en las cúpulas. Toda una serie de cuestiones que hay que cambiar que tienen que ver con que vos le des una matriz institucional distinta de carrera, fundamentalmente asentado en la especialización por determinado tipo de tarea policial.

No es lo mismo un policía de investigación que un policía de mantenimiento del orden público. No es lo mismo un policía científico que lo que es un policía de operaciones especiales. No es lo mismo un policía de patrullamiento en ruta que un policía de patrullamiento urbano. No es lo mismo un policía de prevención de delitos rurales que un policía…No es lo mismo un investigador de narcotráfico que un investigador de actividades terroristas. Es tan compleja la actividad policial en cada uno de estos campos que las carreras tienen que inevitablemente garantizar la especialización, como ocurre con la medicina, como ocurre con la economía, como ocurre con la sociología. Yo me inscribo profesionalmente en el campo de la sociología institucional en instituciones policiales, por ejemplo. Pero yo no tengo una especialidad ni tengo un conocimiento muy profundo de lo que es sociología de conflictos rurales. Y si vos querés ser bueno en uno o en otro campo tenés que tener un grado de especialidad que te impone eso. La tarea policial actual no puede ser generalista. Eso era en el siglo XIX. Hoy no.

Este es un ejemplo para mostrarte que, en realidad, lo que primero que hay que cambiar es la matriz de lo que son las bases profesionales de lo que es el trabajo policial. En segundo lugar, las condiciones laborales propiamente dichas, salarial. Y cuando hablamos de la restructuración de lo que es el sistema salarial policial es no pegar el salario a la jerarquía, sino a las funciones, al cargo o a las responsabilidades que se tienen, que es distinto. Vos no podés tener un comisario que tiene una jerarquía x, de comisario inspector. Otro comisario inspector, con la misma jerarquía y la misma antigüedad. Este está al frente de la Primera de una ciudad importante, por ende, duerme tres horas por día. Y este está en el área administrativa rascándose el higo. Duerme siesta cinco horas por día. Los dos cobran lo mismo. ¿Sabés cómo termina esto, no? Este, que maneja la calle, termina construyéndose un sobresueldo. Pero al mismo tiempo esto desmotiva profesionalmente el  hecho. Este tiene que ganar más. En la Policía de Seguridad Aeroportuaria el jefe de la unidad operacional de Ezeiza gana diez veces más que el jefe de la unidad operacional de Formosa, que van dos vuelos por semana y duerme una siestita por día de cinco horitas tranquilo. El de Ezeiza vive, hablando mal y pronto, con el culo entre las manos. No pueden ganar lo mismo. Vos tenés que reformular lo que es el sistema salarial policial histórico. Y tenés que apuntar a algo central: tratar de impedir el doble empleo. La exclusividad, como todos en un trabajo. Es decir, que el policía cumpla un servicio ordinario de 8 horas, variable según las especialidades. Pero una cantidad razonable de horas por día y después de ahí se vaya o a jugar al fútbol, o a jugar a las cartas con sus amigos, o a juntarse con su familia. Esto es lo que tiene que ocurrir. Este es el segundo cambio fundamental.

Fuente: http://www.agenciapacourondo.com.ar/secciones/90/6807.html