Un joven investigador y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el antropólogo Nicolás Barrera, desarrolla actualmente su tesis doctoral que comprende el accionar de la policía en Rosario, estudiando el vínculo que establece la institución con los ciudadanos. «El policía no se vincula con el ciudadano en abstracto, sino que se relaciona con un sujeto sobre el que realizó determinadas operaciones que lo constituyen como objeto de la actuación policial; tienen que ver con el lugar dónde vive, quiénes son sus familiares, sus amigos», explicó el especialista. El interés en esta temática surgió a raíz de una inquietud por estudiar las formas estandarizadas de actuación policial y explicitar los mecanismos que son naturalizados acerca de cómo interviene rutinariamente la policía en su integralidad. «Siempre me resultó atractiva la policía como institución del Estado porque es con la que cotidianamente tenemos más contacto, a la que recurrimos a pesar de las críticas que le hacemos, pero es paradójicamente muy poco investigada. Es la institución que más vemos, pero sobre la que menos sabemos», apuntó Barrera.

La investigación se desarrolló a partir de dos variables, el territorio y la caracterización que hacen los policías sobre las poblaciones que lo habitan. «Tanto el territorio como el sujeto con el cual la policía interactúa, determinan qué tipo de intervención policial es la correcta, lo cual problematiza las concepciones tradicionales de ciudadanía en las que somos todos iguales y tenemos los mismos derechos, porque el vínculo que vamos a tener con la agencia policial va a estar mediado fuertemente por el territorio en que vivimos, a qué franja etárea pertenecemos y cómo la policía entiende que somos», señaló el investigador.

En su estudio etnográfico, que Barrera realizó en forma conjunta con la antropóloga Laura Bianciotto, hicieron distintas entrevistas a familiares de víctimas de violencia policial, comisarios, subcomisarios, oficiales y agentes. Además, el investigador permaneció durante dos años realizando observaciones en siete comisarías de la ciudad de Rosario y en la sede del Comando Radioeléctrico.

El especialista, que definió a la policía como «un grupo de trabajadores en los cuales el Estado deposita su pretensión de monopolizar el uso legítimo de la fuerza», contó que en su investigación se pregunta sobre las razones por las cuales el Estado delega funciones en la policía. «Es interesante plantearse cuáles son las condiciones por las cuales esto que aparece en potencia como una cualidad distintiva de la policía, en tanto el Estado le otorga la facultad de recurrir a la utilización de la fuerza para salvaguardar determinados bienes considerados valiosos, como el orden público, la vida o la propiedad, se hace efectivo, se materializa en actos concretos; cuáles son las mediaciones entre esa facultad normativa y el uso efectivo de la fuerza ante un hecho concreto», precisó.

Por otra parte, el investigador de la UNR resaltó que la reflexión en torno al accionar policial nunca es en abstracto, «sino que la labor policial aparece representada como situacional porque es pensada en una circunstancia determinada sobre la que se va moldeando el modo de proceder considerado como correcto». En ese sentido, Barrera indicó que «en las distintas dependencias, las conceptualizaciones en torno tanto del territorio como de la población que lo caracterizaba operaban como marco situacional que le imponía al policía un modo de actuar, que necesariamente debía corresponderse con el marco de relaciones en el que su práctica se desplegaba».

Barrera señaló que las construcciones de alteridad de la policía no están focalizadas sobre poblaciones consideradas exclusivamente a partir de su vínculo con la delincuencia sino que implica el reconocimiento de un «otro» en todo aquel que no es policía. «En realidad ese gran otro, que para la policía somos todos nosotros, distingue entre aquellos sobre los cuales se puede hacer ejercicio de la fuerza y aquellos que no. Aunque somos todos el `otro`, hay algunos que, retomando el concepto de la antropóloga María Pita, resultan `matables`. Lo que hay que ver es cuáles son las circunstancias particulares en las que es posible matar».

Luego de una conjunción de datos cuantitativos elaborados a partir del relevamiento de casos de violencia policial letal en los diarios de la ciudad, y la realización de numerosas entrevistas a funcionarios policiales, Barrera asegura que el empleo de la fuerza es siempre situacional «en tanto se ejerce prioritariamente en determinados contextos y además porque no se ejerce en abstracto, sino que casi siempre es ejercida sobre determinados sujetos que responden a características determinadas que los identifican como `matables`».

*Integrantes de la Dirección de Comunicación de la Ciencia-UNR

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-46608-2014-11-08.html