En los últimos días lo vieron recorrer los pasillos del Ministerio de Seguridad. La postal podría pasar por cotidiana, pero no fue el caso. Esta vez, el mediático abogado platense pasó por la sede de la cartera que conduce Ricardo Casal para interiorizarse sobre un ofrecimiento que le habría hecho el propio gobernador: sumarse a la gestión.

 

Ya sin posibilidades de resistir el embate de la Casa Rosada, Daniel Scioli tendría decidido desdoblar Justicia y Seguridad y volver a ubicar al “superministro” en la primera de las carteras.

 

Ese desdoblamiento sería presentado como una nueva “reestructuración” en el área para adecuarla a las “nuevas modalidades del delito”, como le gusta decir al mandatario. Tal como publicó NOVA en exclusiva, el caliente sillón de calle 1 le fue ofrecido a Eduardo Camaño, que rechazó el convite.

 

Para disuadir las interpretaciones sobre una nueva victoria del kirchnerismo respecto del desdoblamiento de los ministerios -con Gabriel Mariotto y Nilda Garréa la cabeza-, Scioli necesita un golpe de efecto, y por eso habría pensado en el abogado penalista, célebre por participar en la mayoría de los casos policiales que conmueven a la sociedad.

 

Según pudo saber NOVA, el gobernador le habría ofrecido a Fernando Burlando el cargo de ministro de Seguridad tras la respuesta negativa de Camaño, que prefiere la tranquilidad de la Secretaría de Coordinación Institucional, una dependencia destinada a aceitar la relación de la Provincia con los municipios e instituciones.

 

Luego de una serie de reuniones con las autoridades de la cartera en la sede ministerial de calle 1, la respuesta del letrado habría quedado en un “impasse”.

 

Justicia y Seguridad se fusionaron hace dos años, cuando el gobernador le pidió la salida al ministro Carlos Stornelli, golpeado por el caso Pomar y otros acontecimientos de inseguridad. Reforma de la ley de ministerios mediante, Casal, que se había incorporado al gabinete en el 2007 al frente de la cartera judicial, quedó al mando del “superministerio” unificado.

 

Sin embargo, en el último tiempo recrudecieron las versiones sobre una vuelta a las fuentes. Esas son, al menos, las intenciones del kirchnerismo ortodoxo, que quiere poner la gestión de la seguridad bonaerense en sintonía con el organigrama nacional. Pero Scioli no cedería a esas presiones sin mantener a dos hombres propios en esos sillones. Casal es uno. Y por eso subirían las acciones del mediático abogado.

Fuente: http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2012_3_17&id=30671&id_tiponota=4