En la primera audiencia del juicio a 6 agentes penitenciarios por la muerte de un joven detenido, sucedida en enero de 2012 en la unidad 46 de San Martín, se leyeron las primeras declaraciones de los acusados del hecho. “Se mandaron la cagada del siglo. Parece que se les fue la mano a los compañeros”, le habría dicho otro agente a uno de los penitenciarios imputados. La fiscalía y la querella los acusaron de torturas seguidas de muerte.

ANDAR en San Martín

(Agencia) Algunos habrán pensado “uno menos”, otros hasta se animaron a decirlo pero todos deberíamos preguntarnos cómo puede ser que en un país donde no existe la pena de muerte se ejecute a un preso a golpes y patadas. Eso fue lo que ocurrió ese enero de 2012 cuando una patota de alrededor de 10 penitenciarios golpeó a Patricio J. Barros Cisneros hasta dejarlo sin vida, incluso frente a otros detenidos y a su pareja embarazada que lo esperaba para la visita del otro lado de la reja. Esos son los hechos que comenzaron a juzgarse hoy con 6 agentes penitenciarios en el banquillo.

La espera en la entrada de los tribunales. FOTO: Andar

Desde temprano en los tribunales de San Martín la familia Barros Cisneros esperaba el inicio de esta primer audiencia ante los jueces Monica de Benedetto, Julio C. Di Giorgi y Marcelo J. Machado del Tribunal Oral 4 de San Martin, y que comenzó alrededor de las 10 de la mañana. “Tratamos de tener las mejores expectativas, que es que se haga justicia por Patricio. Sabemos que lo mataron y queremos que los jueces se hagan cargo, que cumplan con el deber de condenar y meter presos a los acusados. Fue muy difícil llegar hasta acá porque tuvimos que ir contra el sistema, pero acá estamos”, dijo a ANDAR Lorena Barros Cisneros, hermana de Patricio.

“El poder judicial en general invisibiliza este tipo de casos por eso es importante llegar con la carátula de tortura. Si no hubiese sido por diferentes organismos como la Comisión por la Memoria, que hizo a los dos días una visita con nosotros para constatar qué era lo que había pasado, este tipo de casos se quedan en un suicidio”, evaluó Mariano Lanziano, uno de los abogados del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que representa a la familia como querellante.

Una vez en el recinto, los jueces dictaron los lineamientos para el debate y apuntaron que “dada la calidad de las personas en este juicio la seguridad estará a cargo de la Policía Federal”. Luego se hicieron las presentaciones pertinentes y llegó el turno de que los 6 acusados Héctor Aníbal Mario (en ese entonces encargado de turno) y los agentes Rodrigo Emidio Chaparro, Gerardo Rodolfo Luna, Miguel Gallego, Claudio Javier Keem y Juan Liberto fueran uno a uno confirmando sus datos personales frente al micrófono. César Raúl Benítez se encuentra prófugo y con pedido de captura, y Víctor Silva, que también estaba imputado, y se suicidó en 2012.

A su turno, la fiscalía aseguró que en el transcurso del debate oral acreditará que la mañana del 28 de enero de 2012, en el corredor de la UP 46 de San Martín, los empleados penitenciarios acusados encargados de la custodia de los detenidos del penal aplicaron tortura a Patricio Barros Cisneros que reclamaba por el lugar donde se realizaría su visita. Le tiraron gas pimienta, lo sujetaron y esposaron y en ese estado lo golpearon con objeto de castigarlo o matarlo. Le propinaron patadas y golpes en la cabeza y el tórax aun cuando estaba inmovilizado en el piso y le saltaron o se sentaron sobre él hasta asfixiarlo. “Por eso el encuadre es el de tortura seguida de muerte”, explicó la fiscal Paula Leiva.

A esta carátula se sumó el CELS en representación del particular damnificado: “se puede probar que Patricio fue torturado hasta la muerte. Le aplicaron brutales agresiones físicas y psicológicas poniendo en peligro su vida hasta su fallecimiento cuando los agentes como tales tenían la obligación de velar por la seguridad del detenido”, alegó Lanziano. Los abogados de los imputados, por su parte, consideraron inocentes a sus representados y pidieron la absolución de cada uno de los penitenciarios.

Abierta la etapa de prueba se dio lectura a las primeras declaraciones indagatorias realizadas por los acusados y sus ampliaciones posteriores. Uno a uno fueron relatando dónde estaban y qué se encontraban haciendo la mañana de la muerte de Patricio Barros Cisneros.

Las declaraciones de los imputados dan cuenta de que el hecho existió

 Todos los testimonios coincidieron en que recibieron el insistente reclamo de Barros Cisneros por el lugar donde se desarrollaría su visita, y todos aseguraron que alrededor de 15 minutos después estaban frente a su cuerpo sin vida. Lo llamativo es que no hay más coincidencias entre sus relatos. Algunos aseguran haber salido de la escena del crimen por distintas circunstancias; otros dicen haber sido testigos de golpes y patadas pero que no participaron o que intervinieron para separar a sus compañeros del detenido; también están los que dicen haber usado sólo la “fuerza mínima indispensable” para sujetar a Patricio antes de dejar el lugar; varios aseguraron que la versión de que Barros Cisneros se golpeó solo contra las rejas fue propuesta por “la jefatura” o abogados del Ministerio que nunca pudieron identificar.

 

Al respecto Lanziano consideró que “la audiencia fue bastante clara; fue muy importante la lectura de las declaraciones de los imputados porque dan cuenta de que el hecho existió, y eso muestra con claridad que el suicidio contra las rejas era algo inverosímil y eso en palabras de los mismos imputados. O sea que la estrategia de las defensas no va a ser la de negar el hecho sino la de correrse del lugar y del momento en que estaban golpeando a Patricio y torturándolo”.

Fabian Bernal, integrante del Comité Contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, coincidió al agregar que “es sumamente importante que se llegue a estas instancias judiciales, y más con la caratula de tortura, ya que la tortura se reitera sistemáticamente en todas las cárceles no sólo bonaerenses, sino federales.  Por eso es muy importante el poder acompañar a los familiares de Patricio y al CELS en este reclamo de justicia, ya que la mayoría de estos casos quedan silenciados bajo el aparataje burocrático del sistema penal o penitenciario y no se llegan a determinar ni siquiera responsabilidades penales individuales. Hechos como estos evidencian y establecen más allá de la responsabilidad individual, la institucional, la maquinaria de dolor y sufrimiento que se esconde tras sistemas como el penitenciario”.

Este jueves será la próxima audiencia y declararán varios testigos de identidad reservada. La querella solicitó además que en el transcurso del juicio se realice una inspección ocular al penal; los jueces se comprometieron a responder a medida que avancen las declaraciones testimoniales.

 

http://www.andaragencia.org/parece-que-se-les-fue-la-mano-a-los-companeros/