También en Brasil hay revuelo por un proyecto de reforma judicial

Un proyecto que propone limitar las atribuciones del Tribunal Supremo Federal, máxima autoridad judicial en Brasil, avanza en el Congreso y generó una fuerte reacción del presidente de la corte, Joaquim Barbosa, quien alertó de que puede «debilitar» la democracia.

La propuesta que desató la controversia plantea imponer diversos límites al Supremo, que entre otros puntos sería obligado a someter al Congreso decisiones sobre la inconstitucionalidad de alguna ley.

El proyecto, aprobado en varias comisiones, establece además que las directrices del Supremo para el funcionamiento de los tribunales de instancias inferiores también deberían ser aprobadas por las cámaras legislativas antes de entrar en vigor.

«Hace más de 80 años que existe la tradición de que el Supremo es el que declara la
inviabilidad jurídica de una ley» si comprueba una «violación de una cláusula constitucional» y no hay «por qué alterar eso ahora», declaró Barbosa desde Estados Unidos, donde está en un viaje oficial.

Según Barbosa, si se aprobase ese proyecto se «debilitarían la democracia» y el principio de separación de poderes, que no es «un concepto abstracto», apuntó el magistrado según consignó la agencia EFE.

«La separación de poderes forma parte del derecho de todos los ciudadanos e integra un conjunto de mecanismos constitucionales con los cuales un poder neutraliza los abusos de otros», apuntó.

Una opinión similar manifestó el magistrado Gilmar Mendes, quien aseguró que si ese proyecto fuese aprobado, «lo mejor sería entonces cerrar el Tribunal Supremo».

El autor de la propuesta es el diputado Nazareno Fonteles, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), quien sostiene que «se debe rescatar el valor de la representación política, la soberanía popular y la dignidad de las leyes aprobadas por los legítimos representantes del pueblo».

Según el legislador, el proyecto apunta a contener unas alegadas «posturas activistas del Poder Judicial», que se enfrascaron en varios conflictos con el Congreso por decisiones adoptadas en el pleno del Supremo.

En los últimos meses, entre el Congreso y el Tribunal Supremo existieron diversas polémicas, agitadas por decisiones de la corte que, para algunos parlamentarios, significaron una «intromisión» de un poder en otro.

La más reciente surgió esta semana, cuando el Tribunal Supremo trató un pedido de fuerzas políticas minoritarias y ordenó al Senado suspender el debate de un proyecto de ley que intenta imponer nuevas reglas para la creación de partidos políticos.

El presidente del Senado, Renán Calheiros, afirmó que la corte «invadía» con esa decisión la jurisdicción del Parlamento y exigió que el fallo del tribunal sea anulado.
La demanda de Calheiros contra la decisión de la corte deberá ser analizada la semana próxima, pero el presidente del Senado dijo que no «permitirá» que el Supremo «interfiera» en las cámaras.

Según el magistrado Dias Toffoli, uno de los once miembros del Supremo, las polémicas no suponen una «crisis» y responden sólo a la existencia de una «democracia efervescente» en el país.

«El Congreso tiene todo el derecho a deliberar y el Supremo debe actuar dentro de los parámetros de la Constitución siempre que se lo pidan. Eso es democracia», aseguró Dias Toffoli.

 

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