Tres chicos charlan en la calle. La luz de la cuadra es tenue y apenas ilumina sus caras. La noche, las casas bajas, el pasto que termina contra el cordón y la quietud general sitúan la conversación en una vereda cualquiera del Conurbano Bonaerense. Son adolescentes típicos: gorrita, ropa deportiva, caras de nene. Pero uno tiene un problema: necesita dinero. Lo necesita con urgencia para pagarle a la policía una deuda por drogas que contrajo su padre. Una situación límite.

«¿Dónde andabas, boludo? Te anduvimos buscando por todos lados.»

«Nada, boludo, estaba haciendo un par de laburos. Necesito la plata. Eh, vos, ¿tenés un laburo piola para esta noche?»

«Esta noche tengo un auto. Llegamos, le damos y nos vamos.»

Es apenas una escena de los 45 que dura el corto de ficción «Te espero a la salida», con el que un grupo de once alumnos de tercero, quinto y sexto año de la Escuela Secundaria Nº 37, de Lomas de Zamora, recorre los estereotipos, los prejuicios y la violencia que viven, que ven y que recae sobre ellos. La historia cuenta la vida de Bocha, un adolescente que crece en la cotidianidad de los barrios de clase trabajadora El Faro, El Progreso y Villa Rita, ubicados detrás de la curva del Camino Negro, donde el neoliberalismo hizo estragos en los ’90. Un chico que tiene problemas en la escuela, en su barrio, en su familia, y que llega a una situación límite: hacer zafar a su padre de la persecución de un policía narco de la zona.

 

«Nuestros estudiantes tienen situaciones de ‘barrio gueto’, donde viven directa o indirectamente en una realidad social y familiar de violencia entre grupos, vecinal, familiar o delictiva»

 

Bocha es ficticio. Pero su realidad no lo es para los alumnos de la EES 37. En sus barrios perduran la violencia institucional, las denuncias sobre agentes de seguridad vinculados al narcotráfico, los chicos con adicciones que abandonan la escuela, esquinas donde deben negociar cotidianamente con los consumidores de paco y con los robos cotidianos. Esa historia hecha película es la que dejó mudos a padres, docentes y compañeros de los chicos en la primera proyección en el salón de actos de la escuela; y que ovacionaron de pie los miles de estudiantes de la provincia que la vieron durante el XII Encuentro de Jóvenes y Memoria que la Comisión por la Memoria de Buenos Aires realizó en Chapadmalal.

Victoria Mas ni siquiera sospechaba que ese proyecto educativo que ella misma coordinó y que nació en su materia, Biología, Salud y Adolescencia –donde también abordan temas relacionados con los Derechos Humanos, como la recuperación de niños apropiados en la dictadura cívico-militar–, podía causar tal impacto. «Fue todo a pulmón. Las familias de los chicos compraron la cámara. Colaboró la escuela completa: los alumnos hacían de extras; los actores eran familiares de los chicos; los patrulleros los consiguió un familiar que trabaja en una agencia de seguridad», enumera.

 

Trailer de «Te espero a la salida»

 

La película fue macerada durante seis meses por los alumnos. El director, Emanuel Schilling; el camarógrafo, Darío Juárez; y los guionistas-productores David Ortega, Ezequiel Huguetti, Brian Salas, Johana Riera, Diego Juárez, Nadia Vergara, Florencia Quinteros, Ezequiel Sánchez y Gustavo Didier, se reunieron después de clase, en los recreos y en las aulas para darle forma al guión y salir a la calle a registrar esos 40 minutos de filmación. Todo había comenzado tres años atrás, cuando se inició el proyecto que coordinó Mas y que tuvo el apoyo de otros cuatro profesores. Pero este año tuvo el impulso final, cuando la escuela le dio carácter institucional al proyecto, con el aval de la dirección, lo que permitió incorporarlo al Plan de Mejoras y resolver diversas dificultades de producción.

«La película intenta reconstruir y representar la violencia barrial y escolar, y reflexionar sobre ella a partir de la historia del Bocha», cuenta Mas. «Las situaciones violentas expuestas en la escuela son las típicas peleas entre alumnos por cosas mínimas, como la música que escuchan, la forma de vestirse, diferentes códigos.» ¿De dónde surge esa violencia que se muestra en la escuela? Esa fue la pregunta con la que la docente comenzó a trabajar en el aula. «Y eso se fue relacionando con la violencia que viven los chicos en los barrios, en la familia, con la policía, con los narcos. Nuestros estudiantes tienen situaciones de ‘barrio gueto’, donde viven directa o indirectamente en una realidad social y familiar de violencia entre grupos, vecinal, familiar o delictiva», argumenta Mas. Y explica que es la escuela el lugar donde se expresan esas situaciones a través del abandono, las adicciones, las agresiones, la discriminación, la violencia como modo de resolución de conflictos, y la participación de jóvenes en delitos organizados por adultos.

Pero los once alumnos creen que es posible cambiar esa realidad. Y lo resumieron en tres frases, que cierran el corto: «Un cambio de actitud hace la diferencia. No quiero tu lástima, quiero tu respeto. La violencia genera más violencia».

 

http://www.infonews.com/2014/01/03/sociedad-117323-un-corto-sobre-estereotipos-prejuicios-y-violencia.php