El presidente Mujica consideró que despenalizar el aborto es «mejor que prohibirlo» y aseguró que con este mecanismo se salvan más vidas. Respetó la posición de los que rechazan la iniciativa. «Contra el aborto estamos todos», aseguró.

En entrevista con el diario El Universal de México, integrante del Grupo de Diarios América (GDA) al que también pertenece El País, Mujica recordó que no es partidario de vetar leyes.

Dijo que el tema del aborto lo estudió a la luz de ejemplos suecos y que llegó a la conclusión de cuál es el método más racional para salvar la mayor cantidad de vidas.

«Contra el aborto estamos todos», sostuvo el mandatario. «Si a la mujer la dejamos sola, si no la atendemos, si no le damos apoyo, sobre todo si son gurisas, la cosa va mal. Mejor pongámoslas arriba de la mesa y tratemos de que recule y apoyémoslas. Me parece que esto es mucho más inteligente que prohibir» el aborto, sostuvo.

Admitió que «desde el punto de vista de los principios sí puede ser condenable, pero desde el punto de vista de la praxis histórica, creo que se salvan mucho más vidas. Y esa es la razón por la que me inclino por esta norma», aseguró.

«Ahora, la gente que opina lo contrario tiene razones muy profundas y conmovedoras. No es una discusión baladí», añadió el presidente.

NARCOTRÁFICO. El mandatario sostuvo que en Uruguay existen miles de presos por tráfico de drogas, mostrando su preocupación por la aparición de los ajustes de cuentas. «A los uruguayos nos cuesta asumir que hemos tenido una explosión del delito cuando comenzó a masificarse el consumo de la «pasta base», dijo.

«En el país tenemos miles de presos producto del tráfico de esta inmundicia y han aparecido los delitos por ajustes de cuentas. Porque a la gente que no paga no le mandan a los abogados para cobrar. Le pegan un tiro. Eso era desconocido en el Uruguay» dijo.

«En lo que me es personal no me importa tanto la drogadicción; esto es, no es que no me importe: es una enfermedad y como tal hay que tratarla. Lo que es intolerable es el narcotráfico», agregó.

«Vamos a combatirlos tratando de arrebatarles o quitándoles un poco del mercado», aseguró.

«La idea es tratar de regular el consumo. Primero entregar un producto, si se quiere más noble. No joder tanto a la gente. Segundo, identificar al consumidor y así cuando se está pasando de la raya poder decirle `mi`jito vamos a tratarnos porque por ahí la cosa va mal`. Tercero, combatir con más efectividad todas las otras drogas».

Afirmó que no cree que la marihuana sea buena, ni la está defendiendo. «Cualquier adicción es mala. Salvo la del amor, las demás son todas condenables», sostuvo.

Reconoció que en el Parlamento se barajan otras opciones pero sostuvo que no sabe lo que va hacer el Poder Legislativo. «Hay otras visiones, como el autocultivo. Y yo no me opondría, pero el tema es cómo se controla, para que no termine comercializándose fuera. Ese es el asunto, porque no podemos joder a los vecinos. Con el monopolio de la producción y la comercialización tenemos todo controlado», agregó.

«¿Declaro la guerra o rompo relaciones?

Al hablar acerca de la relación con Argentina, Mujica declaró al periódico mexicano que tiene que mirar en función de lo que le conviene a la sociedad por la cual está luchando. «No son mis sentimientos los que tienen que gobernar mis decisiones. Tengo que hacer aquello que pueda ayudar a que mi gente tenga más trabajo. Si fuera por mis sentimientos, mama mía. Pero ¿qué hago con Argentina? ¿Le declaro la guerra? ¿Rompo relaciones? ¿Le pincho un ojo? Los países no se mudan. Yo trato de tener una política que me permita pellizcar lo que pueda, pensando en el trabajo de mi gente. Y a eso me remito. Los que no tienen responsabilidad de gobierno pueden hacer lo que quieran», aseguró el mandatario.

Respecto a Cuba, Mujica agregó que espera ir en algún momento, pero aclaró «tal vez no les sea muy simpático del todo. Porque soy medio libertario. Tengo mi manera de pensar; yo no pienso con el sentido del partido único, soy socialista pero mucho más autogestionante, mucho menos estatista. Y bueno, todo esto puede generar que no simpaticen mucho conmigo, pero yo los quiero pila».

Finalmente habló de su manera de ser y sostuvo que «uno es feliz con poco». Esto no es «una apología de la pobreza lo que hago, sino de la sobriedad, de la austeridad. Yo apuesto a renunciar a cosas para tener más tiempo».

El País Digital