A partir de la ley 834/12, que prohíbe el funcionamiento de cabarets, whiskerías y clubes nocturnos en todo el territorio provincial, muchas mujeres fueron rescatadas, tanto víctimas de la trata de personas como aquellas que ejercían la prostitución. Para que puedan rehacer sus vidas, el Gobierno les ofrece la posibilidad de insertarse en el Plan de Inclusión Social, además de recibir asistencia psicológica y contención emocional. El Centro de Asistencia a Víctimas del Delito y el Programa Mujer y Comunidad son los responsables de realizar esta tarea.
“La asistencia que le damos a cada mujer es diferente, porque cada una de ellas es distinta y presenta una historia de vida particular. Se les brinda contención, y desde ahí se captan las necesidades para elaborar un plan de trabajo”, explicó Gabriela Solari, jefa del Centro de Asistencia a Víctimas del Delito. La funcionaria indicó que junto con su equipo de trabajo intentan reelaborar un proyecto de vida para estas mujeres. “Es importante que ellas no consideren la prostitución como la única salida”, dijo. “Hemos puesto a disposición el Plan de Inclusión Social, ya que a partir del cierre de los prostíbulos necesitan una salida laboral. También ingresamos a sus hijos en los jardines maternales, ese es otro de los recursos que les brindamos”, comentó Soledad Salvi, jefa del Programa Mujer y Comunidad, quien también coincidió en que cada caso es particular y complejo. “Las víctimas de trata están traumatizadas, con todas las consecuencias de haber sufrido violencia sexual, física y psicológica. El proceso de ayuda no es fácil, es lento. Son etapas de reconstrucción de sus vidas y lazos familiares”, agregó.
Las mujeres rescatadas tienen entre 25 y 35 años, y la mayoría no conoce otra realidad alejada de la prostitución. Algunas ya tienen hijos y muchas son de otras provincias e incluso de otros países. “Les brindamos un espacio donde pueden descansar, bañarse, y pasar los primeros días. Ellas salen de los prostíbulos y no tienen nada. También les donamos los pasajes de colectivo en el caso que quieran volver a su lugar de origen. En ese caso se establece una red con los organismos protectores de la provincia de la víctima para que las esperen allí. Cuando vuelven a sus ciudades tienen que seguir protegidas y con una red de contención adecuada”, explicó Salvi.
Solari contó que el trabajo es paso a paso, ya que muchas hace años que se encuentran en ese ambiente, al que calificó de «pesado y peligroso». Solari dijo que la mayoría no se siente excluida del sistema, ya que consideran que esa es la vida que eligieron por eso las incentivan a buscar trabajo.
Para una nueva vida
-La ley 834/12 prohíbe el funcionamiento de cabarets, whiskerías y clubes nocturnos en todo el territorio provincial.
-El Centro de Asistencia a Víctimas del Delito y el Programa Mujer y Comunidad son los responsables de realizar la tarea.
-El Plan de Inclusión Social es la primera opción que se les brinda como una salida laboral y sus hijos entran en los jardines maternales.
-Desde lo legal se trata de resguardar la integridad física de la mujer si la Justicia lo considera necesario.

 

 

fuente http://www.eldiariodelarepublica.com/contenidos/2013/02/18/noticia_0004.html