Carlos Vullo está al frente del Laboratorio Genético del Equipo de Antropología Forense (EAF), y en ese ámbito desarrolla su tarea específica en la identificación de restos óseos. El experto se sumó al EAF en 2003 y recuerda que su primera investigación de relevancia en laboratorio, vía ADN, fue la identificación de restos de desaparecidos durante la dictadura, que fueron exhumados de una fosa común en el Cementerio San Vicente de Córdoba.

“En la Argentina, por genética y antropología, se han identificado desde 2003 hasta hoy cerca de 500 cuerpos. La fecha de mayores desapariciones se registra entre 1975 y 1978. Todos son restos óseos de esa época”, señala Vullo; es decir, desde antes del golpe de marzo de 1976.

–¿Cuál es la diferencia entre lo que usted analiza y la tarea del Equipo de Antropología Forense?

–Ellos son antropólogos que analizan el perfil biológico del esqueleto; por ejemplo, si es hombre o mujer, patologías óseas que pueda haber tenido la persona en vida, la altura, edad; un perfil biológico de la persona que puede ser compatible con el denunciado como desaparecido. La genética forense extrae el ADN que ha quedado en el hueso y lo analiza. Es como se hace una prueba de paternidad, pero en vez de partir de muestras de sangre o saliva, se parte del ADN que quedó en el hueso.

–Lo suyo sería la segunda parte del trabajo de identificación…

–Hoy ya no se puede hablar de separar antropología de genética. Es multidisciplinario. Nosotros cuando encontramos una coincidencia genética informamos a los antropólogos y ellos controlan, hacen una investigación histórica. En general hay coincidencias, conciliación de datos. La investigación histórica se nutre de datos de organismo de derechos humanos, fiscalías, policías, registros de cementerios. La investigación histórica se aplica en un proceso como vivió la Argentina, de una cantidad de desaparecidos que muchas veces están en enterramientos ilegales.

–Dentro del padrón de desaparecidos, ¿a dónde corresponde la mayoría de ellos?

–Mire, del padrón de desaparecidos en la Argentina, casi el 60 por ciento son de la provincia de Buenos Aires y de Capital Federal. En Córdoba tenemos los 13 cuerpos de la fosa de San Vicente. Pero tenemos muchos casos de Buenos Aires: Lomas de Zamora, Avellaneda, General Lavalle, San Martín, en el Cementerio de Chacarita…

–Más allá de su tarea científica en Argentina y en otros países de América latina, ¿qué percepción tiene sobre los miles desaparecidos de la dictadura que hoy pueden estar en fosas ilegales?

–Es una tarea pesada, larga. No se sabe cuándo va a tener un resultado. Los primeros momentos fueron de euforia, pero ahora estamos más acostumbrados porque se van produciendo casi semanalmente identificaciones. Nosotros estamos identificando cerca de 70 personas por año de Argentina.

–Entre los países que tuvieron dictaduras, ¿Argentina es la que más investigaciones amerita?

–Argentina es un caso especial, pero podríamos decir que toda América latina es una gran fosa común, lamentablemente. Hubo muchas violaciones a los derechos humanos. Uno ve Guatemala, El Salvador, Chile, Paraguay… En cada uno de esos países existen proyectos que buscan identificar restos.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/vullo-toda-america-latina-es-gran-fosa-comun?utm_medium=email&utm_campaign=Titulares+2012.03.24&utm_content=Titulares+del+d%C3%ADa+24-03-2012+MsgID_YNKU44224&utm_source=Titulares