«No se puede pretender que el Código Penal salga de la voz del pueblo» ni que «pueda discutirse en la esquina o en los medios de comunicación», consideró la noche de este lunes el ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, en el aula magna de la Facultad de Derecho de la UBA, donde hablaron los miembros de la comisión redactora.

Zaffaroni cuestionó de esa forma «el desprecio y la subestimación a los juristas» y enfatizó: «El derecho popular llevó a ser la máscara de la experiencia más aterradora del siglo pasado», en el encuentro en que estuvo acompañado por los demás miembros elaboradores del proyecto,León Arslanian, Federico Pinedo, Ricardo Gil Lavedra y Marí­a Elena Barbagelata.
Durante un encuentro promovido por el gobierno nacional en la Facultad de Derecho de la UBA, para inaugurar la ronda de consultas sobre la reforma del código, el ministro de la Corte consideró que «los integrantes de esta comisión me han ayudado a reforzar la confianza en la política, pero no en la política inescrupulosa y sin límites, sino con códigos y límites éticos».

En el aula Magna de la facultad de Derechos de la UBA, León Arslanian evaluó, por su parte, que «ninguna de las 900 reformadas padecidas por el actual Código Penal sirvieron para que bajaran los hechos delictivos».

«La ley penal no puede ser un instrumento de venganza»Para el ex juez y ministro de Seguridad bonaerense, no se puede tener un Código Penal «vengativo» o que haga caso a «demandas emotivas» sin darle racionalidad a las penas. «A nadie se le escapa que haya opiniones diferentes e ideologías encontradas. El anteproyecto no es un producto de probeta. Y la ley penal no puede ser un instrumento de venganza. La cárcel no puede remediar ni paliar», aseguró Arslanian, tras cuestionar las leyes aprobadas después del crimen de Axel Blumberg que pusieron «más valor a la propiedad que a la vida».

Sostuvo así que fijar mayores condenas en prisión «es tratar de poner una solución mágica al delito» e insistió en que ninguna reforma «sirvió para bajar la tasa de criminalidad».

El diputado del PRO Federico Pinedo tuvo el discurso más crítico sobre la inseguridad y el delito, pero destacó que «la gente seria y respetuosa tiene que darse cuenta que esto (el anteproyecto) surgió de gente seria» en donde a nadie «se le ocurrió imponer su punto de vista».

«Si no hay espíritu de respeto, de pensar más en la sociedad y menos en el interés personal no se puede avanzar. Hemos hecho esfuerzos importantes por acuerdos. Y en los que no hubo acuerdo, están planteadas las disidencias, como en mi caso, sobre las reincidencias o el reemplazo a la perpetua», dijo.

El ex diputado radical Ricardo Gil Lavedra advirtió que el ejercicio del poder penal tiene «límites» y disparó: «Nada más peligroso que actuar sobre el prejuicio y el oportunismo». «Es un anteproyecto precisamente para iniciar la discusión, no para terminarla. Puede contener como cualquier obra humana muchos errores que habrá que corregir pero a través de razones, no de consignas o de frases demagógicas», sentenció.

Por último, la referente del Frente Amplio Unen, la socialista María Elena Barbagelatatambién criticó el «facilismo» con el que se pretende imponer «mayor punición», y se quejó porque algunos «aportan oscuridad al debate».

 

En tanto, el exdiputado radical y abogado constitucionalista, Ricardo Gil Lavedra, agregó:«Este anteproyecto pretende justamente invitar a la discusión, no para terminarla, sino para iniciarla».

 

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